viernes, enero 18

Regresan Mulder y Scully

Vale, sí, estoy de acuerdo con vosotros. Que la serie acabó como el rosario de la aurora, que ni los propios guionistas sabían lo que querían hacer y las dos o tres últimas temporadas fueron de juzgado de guardia, y de lo social, y de lo penal, y de lo que haga falta. Que ver a Mulder y Scully metidos en la cama de un motel de Nuevo México, divagando sobre los años que le queda a la humanidad de vida puede que no sea el final más esperado, que toda la saga paralela de los alienígenas replicantes apestaba (a pesar de que salió Lucy Lawless) y que el agente Doggett y Mónica Reyes, que trataron de encolomárnoslos como los nuevos protagonistas, no poseían la química de David Duchovny y Gillian Anderson. Es más, el último recuerdo que tengo de Robert Patrick es de ir siempre con la pistola en la mano y con expresión de lelo en la cara.

Para bordar una última temporada potable, tuvieron que llevarse por delante a los pobres Tiradores Solitarios en un capítulo casi intrascendente. Vale, salvan al mundo de una infección masiva viral, pero ese final tendría que haber sido engarzado a la trama principal. Jeffrey Spender, el hijo del Fumador, acaba convertido en una especie de mutante asqueroso por culpa del virus extraterrestre y al pobre Krycek creo que se lo cargan definitivamente al final de la octava temporada (pero tampoco pondría la mano en el fuego). Tampoco recuerdo ya muy bien lo que le pasa a Marita Covarrubias, esa burócrata de la ONU que estaba cañón y que era mi personaje preferido de la serie. Supongo que acabaría agonizando por culpa del dichoso virus extraterrestre en algún zulo del Fumador.

No obstante, las cinco o seis primeras temporadas de Expediente X fueron grandiosas. Los episodios que componían la saga extraterrestre eran de infarto. Las conspiraciones entrecruzadas, el no saber exactamente lo que iba a pasar pero tener la sensación de que una amenaza terrible aguardaba a la vuelta de la esquina, los personajes duales, las traiciones, las muertes inesperadas (¡¡cómo jode el asesinato de Garganta Profunda al final de la primera temporada!!), todo ello salteado con inolvidables episodios como aquel del mutante que absorbía la grasa de las mujeres obesas, la muñeca asesina (en cuyo guión estuvo soslayadamente involucrado el propio King), el pueblo caníbal o la pequeña subtrama en la que Mulder se enfrentaba al contorsionista Eugene Victor Tooms, conformaban un cóctel explosivo que te hacía volver a la serie una y otra vez. A pesar de que las cadenas españolas se encargaron de mutilarla vilmente con repeticiones innecesarias, cambios de horarios y desbarajustes a la hora de emitir cronológicamente las distintas temporadas y no ha sido hasta hace poco cuando, gracias a la llegada del DVD, cuando hemos podido disfrutar de Expediente X en todo su esplendor.

Pues nada, nada, a lo que iba, no me enrollo más. Que ayer en Scifiworld aparecieron las primeras imágenes de la nueva película de Expediente X. A pesar de todos los problemas que hemos contado anteriormente, da un gustazo tremendo volver a ver a Mulder y Scully juntos. Ojalá los guionistas tengan entre manos una buena película y esa trama que quedó inconclusa avance unos cuantos pasitos más. Volver a reencontrarnos con viejos personajes como Dogget, Skinner (el personaje más golpeado de la historia de la televisión) o Marita Cobarrubias va a ser una auténtica delicia. Y, sobre todo, los fans de la serie estamos deseando ver el momento en que esa terrible «verdad» que desvela el Fumador en sus últimos minutos de vida en la montaña de Nuevo México se haga realidad en la nueva película. Por favor, no nos decepcionéis.


By David Mateo with No comments

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