domingo, marzo 23

El Enviado, de J.E.Álamo

Hace cuatro años, cuando comenzaba a dar mis primeros pasos en el mundo de las letras, repasaba algunas entrevistas a editores y «sesudos estudiosos» del género fantástico, y me sentía incómodo al encontrarme con términos que referían a cierta inmadurez creativa y estilística en lo tocante a la literatura nacional. Hoy, con algo más de experiencia a mis espaldas y conociendo los entresijos que hay tras la maquinaria editorial, constato que esa inmadurez simplemente atendía a criterios comerciales y que el mercado nacional muestra una fecunda fluidez creativa y que su desarrollo sólo dependerá del buen hacer de los editores. Es decir, existe caldo de cultivo (por mucho que ciertas voces elitistas se nieguen a aceptarlo), sólo hace falta inteligencia e iniciativa para convertir el yermo en el que zozobran los autores españoles en un vergel que de sus frutos. Pero para eso hace falta dinero, ganas de arriesgar (pero ganas de arriesgar de verdad, no ganas de obtener un beneficio egoísta y unilateral) y canales de distribución que no se dediquen a amontonar cajas de novedades en los rincones de sus naves.

El caso es que los editores siguen empeñando sus cuartos en novelas extranjeras que acaban convirtiéndose en fiascos comerciales, mientras que pequeños editores como Raúl Gonzalvez (de AJEC) a trancas y barrancas continúa apostando por nuestra literatura, pagando anticipos (ole tus huevos, Raúl) y ajustando las tiradas a la capacidad que ostenta como pequeño editor. Obviamente, AJEC tiene sus errores (Raúl, permíteme un consejo de amigo: busca un buen maquetador y alguien que de coherencia al guionizado de los diálogos, es algo crucial para la lectura de una novela), pero al menos lo está intentando. Ha creado su línea de bolsillo que apuesta por las antologías, ha sacado a la luz a un autor que ha dejado con el culo al aire a esos predicadores que sermonean con el Apocalipsis entre los autores españoles (sí, estoy hablando de José Miguel Vilar) y mes a mes da una oportunidad a esas voces intimistas, complejas y semioscuras que pululan por los estratos más bajo de nuestra contracultura.

Vale, por hoy no os aburro más con mi vena patriótica, y me voy a detener en la última perlita que ha pasado por mi mesita de noche: El enviado, de J.E.Álamo. Claro, aquí tendría que decir que es una novela espantosa, vulgar y del montón para que los cuatro palurdos que saben que Joe es amigo mío no me llamen lameculos, como ya va siendo tónica habitual en algunos foros. Pero como últimamente en este blog vengo haciendo lo que me da la gana, cada día lo lee más gente y voy a seguir siendo fiel a mí mismo, sólo puedo definir esta novela como muy buena. Joe es un autor avalado por Domingo Santos, ya ha publicado con el bueno de Aroz en Espiral (en aquella antología que reunía los resquicios que quedaron de la revista Asimov Ciencia Ficción) y se ha dejado ver por Aurorabitzine y Alfa Eridiani.

La novela se lee con una facilidad escandalosa. Joe es uno de esos autores que lo hacen digerible y cómodo. Son doscientas paginitas de Enviado, que se leen de una sentada. El libro trata de una entidad que realiza viajes temporales y va entrecruzándose con la vida de ciertas personas. No sabemos muy bien qué impulsa a este Enviado (no hasta el último tercio del libro), pero rápidamente nos damos cuenta de que su influencia provoca consecuencias en las vidas de aquellos que lo rodean.

De todos los relatos que componen el libro me quedo con «El comienzo de la partida», una divertidísima partida de póquer que rápidamente se convierte en el punto focal que reúne a todos los sórdidos protagonistas de esta historia. La voz cantante en el episodio la lleva Luís, un ludópata obeso y cabronazo que sería capaz de vender a su madre por un puñado de euros. Creo que «El comienzo de la partida» resume todas las virtudes que Joe tiene como escritor. El texto se amamanta con las emociones que transmiten los protagonistas (ya sean positivas o negativas), pero sobre todo por la capacidad inductora que el Enviado ejerce sobre ellos. Las casuales motivaciones que empujan a los personajes convergen en esa mesa de póquer. Conforman una cuadrilla de seres mezquinos, pederastas y miserables (bueno… algún iluminado hay en el montón), pero el Enviado juega con ellos a su antojo mientras los evalúa como un inmisericorde ángel de la muerte.

Mención especial también merece «Beatriz: una historia de amor», en la que con un cuento bien corto, Joe logra que nos enamoremos de una mujer castigada por la vida y vencida por las circunstancias. Este relato es un ejercicio intimista que el autor desarrolla activamente durante el resto del libro; Joe tiene una capacidad sorprendente a la hora de construir personajes, lo cual resulta crucial. Al fin y al cabo, nos encontramos ante una novela cuyo eje argumental se resume en la interactividad de esos personajes y en las consecuencias que provocan sus acciones.

Tras El Enviado hay un buen conductor de ciencia ficción que se descubre en los cuentos de las madres y que, obviamente, no voy a revelar en esta reseña. Así que resulta lógico que la mano de Domingo Santos se entrevea en el prólogo y en la vida literaria que este veterano autor lleva a sus espaldas.

Espero que tengamos Joe Álamo para rato, porque estoy seguro de que esta novela no va a ser la novela de su vida. Como carta de presentación no está nada mal, pero a Joe le queda cuerda para rato y ganas me consta que no le faltan. Ánimo, amigo, que vas por muy buen camino.


By David Mateo with 11 comments

11 comentarios:

Hace tiempo que leí esta novela y como todavía le debo un comentario de la misma a su autor, no me extenderé aquí sobre la misma. Sólo decir que me llama mucho la atención que aquellos que pretenden extender la imagen de que en la actualidad hay un páramo desolador de autores de calidad en la literatura de género siempre olvidan mencionar nombres como los que tu comentas: J.E.Álamo o José Miguel Vilar. Quiero creer que es pura ignorancia y no una omisión buscada.

Yo más bien hablaría de un mercado cambiante y en alza al que te tienes que acoplar por narices. Antes sin escribir se podía llegar a ser un gran escritor. Ahora que se escribe, algunos prefieren dirigir sus radares hacia los amigos y obviar al resto del mundo. Claro, cuando conoces a otro escritor, lees su obra, te encandila y mantienes una afinidad creativa, te llaman lameculos. Antiguamente eso se definía como círculo literario. Una parte de la sociedad actual (cada vez más pequeña, para qué nos vamos a engañar), llena de envidias y malos rollos, prefiere pisotear u obviar a ciertos autores para engrandecer su ego. Por suerte, internet hace todo más global, aparecen nuevas voces que pasan de historias que suenan a batallitas de la abuela y las editoriales pequeñas extienden sus redes por las librerías, lo cual permite que el libro llegue a muchos lectores.
Ayer, en la ronda friki habitual, vimos El enviado, Apocalipsis Zombie, Cazador de mentiras y Urnas de jade en casi todas las librerías del centro de Valencia. Y eso, lejos de apenarnos, nos llenó de ilusión, porque esa intromisión (a pequeña escala) lleva a la ruptura de los monopolios y al desarrollo del género nacional.
Y a quien no le guste, que no mire.

Tengo "El enviado" en mi pila de libros.Apenas pueda le hincó el diente.
Me alegra mucho por el bueno de David, que "Urnas de Jade" se pueda encontrar ya casi en toda España. El hombre se lo merece, por su arduo trabajo y dedicación.

A mí también me gustó mucho "El Enviado", pero me hace gracia que comentes lo de la maquetación, porque precisamente me lo compré porque me encantó la portada.

En lo de los guionados no me meto.

Esto me recuerda a esos que dicen: "Yo no soy racista, pero..."

No entiendo el corporativismo. Me parece algo malo, a lo mejor porque no lo entiendo.

Ojalá los autores buenos lleguen a todo el mundo... Ahora que lo pienso, ¿cuántos autores sudafricanos, tailandeses, costaricenses, húngaros... no llegan a nuestras estanterías pese a merecerlo?

En fin, una pena. Muy grande.

Hombre, Uriel, cuando hablo de maquetación no me refiero a la portada en concreto, sino a la puntuación de los diálogos (en este caso), y a la forma en que están maquetados algunos libros de AJEC.

Mr. Vértico, me parece muy bien que no entiendas el corporativismo. Tampoco creo estar haciendo corporativismo en esta página, ni estoy recomendando una novela que sea mala simplemente porque Joe sea mi amigo (por aquí ya han pasado varios que han disfrutado con ella). Si no me hubiese gustado, ni la habría mencionado.
Ahora, lo que sí que voy a seguir defendiendo es la literatura en castellano, porque creo que en nuestro país hay suficientes autores que pueden ser buenos promotores del género. Y la buena salud cultural de un país comienza a apreciarse cuando los propios engranajes de ese país se ponen en movimiento. Pero eso no deja de ser una apreciación personal con la que el resto del mundo no tiene porque estar de acuerdo.

A m� El enviado me mol� mogoll�n porque en su aparente sencillez hay un mont�n de complejidades. Adem�s, es brutal la manera en que mezcla escenarios alucinantes como el universo de las madres con el t�pico bar de barrio; el humor y la crueldad; la ternura y la venganza. Luego todo el libro tiene un sentido de la justicia muy peculiar y la manera en que mezcla novela y relato... es cojonudo, vamos.
JM

Desde Ondres buscando internet como un cabr... para leer lo de Grumm...Uf! :-) Joe.

Espero que al menos te haya gustado.

Intuía que Joe te conocía, sobre todo porque vivís cerca. Espero que le vaya muy bien con su libro.

ME has dejado ...¡Uf! Gracias y no lo digo por tus parabienes ya que me consta que no te casa con nadie, lo digo por el tiempo que me has dedicado que te agradezco. Un abrazo

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