martes, marzo 18

La abadía del crimen

Los que seáis un pelín talluditos y ya vayáis para los treinta y tantos recordaréis la adaptación que Opera Soft hizo en 1988 de la novela de Umberto Eco: El nombre de la rosa. El videojuego, programado por Paco Menéndez, siempre fue una versión no oficial así que el protagonista dejaba de llamarse Guillermo de Baskerville para rebautizarse con el nombre de Guillermo de Occam, siempre acompañado de Adso, su novicio.


Por aquel entonces yo era un criajo de diecipocos años, que devoraba con fervor cualquier juego de MSX que pasaba por mis manos (que si el Goody, que si Abú Simbel Profanation, que si el Navy Moves, que si el Freddy Hardest, que si la Aventura Original, que si el Jabato…), pero desde el momento en que introduje la cinta de La abadía del crimen en mi ordenador y comencé a jugar las primeras partidas, comprendí que aquel videojuego era distinto a los demás.

La aventura de marras presentaba un escenario portentoso por donde moverte. Sólo tenías que cogerle el tranquillo a los movimientos de fray Guillermo en aquel entorno 3D y, sobre todo, darle esquinazo al abad, que era un cabrón de aquí no te menees. El realismo de aquel juego era bestial. Los días se dividían en horas litúrgicas: prima, tercia, sexta, nona y, por fin, la noche, hora mágica en la que siempre sucedía algo, o bien tenías que dar un paseito por la biblioteca en busca del libro misterioso o te robaban las gafas o sentías el aliento del abad pegado en el cogote.


Recuerdo que le dediqué días enteros hasta que conseguí pasármelo, se convirtió en una auténtica obsesión. No obstante, hasta que no tuve la correspondiente Micromanía, no hice más que pegar palos de ciego. Llegar al final del juego, realizando exactamente los pasos que requería el programador, en el tiempo justo que imponía la máquina, llegaba a ser poco menos que una misión imposible.

Pero lo más llamativo de este juego es que ibas a misa, rezabas con los otros curas, te reunías con toda la basca en el refectorio, podías hablar con cada uno de los monjes, incluso pulsando la tecla mágica Z llegabas a controlar al bueno de Adso. Tras siete intensos días de escapadas a medianoche, de asesinatos y robos, llegabas a la torre de la biblioteca y encontrabas el libro maldito que había «asesinado» a tantos monjes. Para ello tenías que robarle los guantes al herbolario, entrar en la celda del estricto abad (nada más y nada menos) y hacerte con el manuscrito que permitía atravesar el espejo mágico y adentrarte en la habitación secreta donde el monje ciego guardaba el libro maldito.

Para mí, La abadía del crimen supuso un antes y un después a la hora de ponerme delante del ordenador y jugar. Cualquier otra aventura gráfica sabía a poco comparada con esta apabullante obra. La cinta magnetofónica de la abadía nos abocó a una nueva forma de concebir los videojuegos, que sigue repitiéndose hoy en día. El control complejo y enrevesado de fray Guillermo provocó que me cagara mil veces en Adso y otras mil veces en el abad. Pero cuando le cogías el tranquillo, cuando sabías en qué punto exacto de la losa tenías que situarte a la hora de ir a misa, cuando sabías cuál era tu plato en el refectorio o a qué monje acudir para pedir ayuda o recibir una pista, el juego se convertía en una auténtica aventura que te envolvía y te sumergía en los tenebrosos pasillos con los que una vez soñó Umberto Eco.

Creo que no me equivoco al decir que nunca una obra literaria estuvo mejor representada en la pantalla del ordenador.

Si te apetece rememorar este clásico, aquí van unas cuantas direcciones a tener en cuenta:

-Remake del juego elaborado por Antonio Giner.
-Página web en la podemos encontrar la solución del juego.
-La abadía para jugar en el móvil.


By David Mateo with 10 comments

10 comentarios:

Precisamente el pasado viernes comentaba la cuenta pendiente que tengo con este juego y mi intención de jugar su remake.
Una verdadera pena la muerte prematura de su artífice, también responsable de dos juegos míticos como Fred y Sir Fred que a buen seguro resultarán conocidos para todos aquellos que nos iniciamos en esto de los videojuegos con los 64k del Commodore o les 48 del Spectrum.

Pues con las fiestas pascueras a la vuelta de la esquina, puede haber llegado el momento de saldar cuentas.

Curioso juego. Nunca había escuchado nada acerca de él.
A propósito, en esos días yo estaba hechizado por Quake u Quake 2, unos juegos que me hicieron pasar semanas enteras frente al ordenador.

Hola.

Como siempre, tocas temas muy interesantes, sólo que se necesita tiempo. Por cierto, creo que no lo había comentado, me gusta el nuevo aspecto de tu casa.

ch3p3: imposible que en ese tiempo andaras con el Quake... este juego es muuuuuucho más antiguo. Es anterior al Doom 2, que fue el precursor de todos los mata mata.
Paco, muchas gracias por tu comentario.

Ahora que lo pienso,creo que tienes razón, en esos dias debería haber estado prendado con Mario bros o algo parecido y con Principe de Persia ,ese que era casi como los marcianitos, no la versión impresionante que vemos hoy en día.

Yo aún tengo el regustillo de El príncipe de Persia y del Indiana Jones en la Atlántida :D
Como sigas poniendo post de ciertas épocas voy a tener que tomarme en serio mis arrugas xDD

Ayss... es lo que tiene ponerse nostálgico de vez en cuando. Por ahí también estaba el único e inigualable Monkey Island o El día del tentáculo.

Ch3p3, no sé si recordarás un juego que era anterior al Doom, creo que se llamaba Wolfenstein 3D. Pues me da que la Abadía aun es muy anterior.

Ya lo creo, si mal no recuerdo, tenía que ver con nazis,científicos y un fortaleza medieval.
Corrígeme si me equivoco.

Estás en lo cierto. Asín es :D

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