lunes, marzo 17

Sweeney Todd: una loa al buen gusto.

Al bueno gusto por lo macabro, obviamente.

Después de casi dos meses de no acudir a una sala de cine por motivos personales, ayer por fin pudimos volver a sentarnos delante de la gran pantalla. En estas últimas semanas las novedades en cartelera se han acumulado, pero francamente, conociendo el patio, hemos pasado de Lucy Lius vampíricas, de mamuts descafeinados y de adaptaciones yanquis de películas de terror orientales y fuimos a lo seguro: Tim Burton.

Y es que este señor en cada película nueva se reivindica como el director más interesante del momento. Su visión cinematográfica, personalísima y detallada, es incomparable; nadie en este momento está realizando un trabajo tan arriesgado y estético como Burton. Su firma personal se puede reconocer en cualquiera de sus pelis; ya sea en un film de animación, una comedia o un musical, como es este Barbero Diabólico de la Calle Fleet.

Su fotografía es lóbrega, sucia, gótica, umbría, pero a la vez es tan hermosa que desborda los sentidos. En esta ocasión, Burton nos propone un Londres decimonónico, allí llega Benjamin Barker, un barbero al que le han arrebatado todo cuanto tenía en vida. El villano en esta ocasión es Allan Rickman, o el Juez Turpin, que tras mangutearle la mujer a Barker, se convirtió en el tutor de su única hija y mandó al buen barbero a cumplir condena. Cuando Barker regresa a Londres, opta por cambiarse el nombre por el de Sweeney Todd y tras contactar con la viuda Lovett, una vendedora de empanadillas, decide establecerse en su antigua casa y poner en marcha el negocio. Lo que nadie sabe es que mientras el barbero sediento de venganza se dedica a rebanar cuellos, la señora Lovett utiliza la carne de sus víctimas para ampliar los ingresos del negocio.

Una vez más, Johnny Depp borda su personaje. Mantiene el rictus de barbero ávido de venganza mientras abre gargantas a diestro y siniestro al ritmo de una colección de canciones demencialmente buenas. Pero como ya muchas veces hemos reseñado en este mismo blog el buen hacer de Depp, permítanme detenerme en la señora Lovett. Y es que Helena Bonham está de miedo en su papel de consorte demente. Transmite la locura necesaria para dibujar en el espectador una sonrisa tierna. El fragmento de la película en el que Lovett sueña con iniciar una nueva vida en la playa con Todd y con el pequeño Toby es sencillamente magistral. Lovett es una muñeca macabra que recuerda a la Sally de Pesadilla de Navidad y a la novia cadáver. Hay una escena muy visual en el fim que ha quedado grabada en mi cabeza: cuando Depp y Helena deciden poner en marcha «el negocio», se asoman al escaparate y su palidez extrema contrasta con un Londres bullicioso y colorista. Lovett y Todd son dos espectros que viven encerrados en una casa siniestra de la calle Fleet; la primera enferma de un amor imposible, el segundo marcado por una sed de venganza implacable. Sólo Burton podría haber recreado la carrera del barbero diabólico con tanto acierto. Cuanto más oscuro se vuelve la dirección del cineasta de California, más estrafalarias y demenciales son sus películas. Si con Sleepy Hollow llevó a un grado superlativo la historia de Irving, con Sweeney Todd hace lo mismo con el musical de Stephen Sondheim. Burton es un genio y cada trabajo suyo es una perla que destila una ambientación gótica y sórdida inigualable.

Parece ser que la vida del barbero no fue más que una leyenda urbana que corrió por las calles de Londres a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En la historia de Thomas Prest, publicada en The People's Periodical, el barbero demente acaba ahorcado en Tyburn, ante una gran muchedumbre, en enero de 1802. Posteriormente, la leyenda de Prest sería adaptada por Stephen Joshua Sondheim y llevada a los mejores teatros de Londres.

Fue precisamente allí, donde Burton descubrió el musical y comenzó a fraguar el proyecto del barbero diabólico, pero películas como Eduardo Manostijeras o Batman retrasaron una y otra vez la filmación del musical. La espera ha valido la pena. Sweeney Todd es una de esas maravillas cinematográficas que no se pueden dejar escapar. Burton ha cumplido su sueño y nos ha descubierto una de las historias más macabras que sacudieron el viejo Londres. ¡¡Vuelva pronto, señor Burton, que ya le estamos echando de menos!!


By David Mateo with 8 comments

8 comentarios:

Totalmente de acuerdo y, además, te invito a curiosear por algunas de las escenas del musical que hay por la red en la que una Angela Lansbury en el papel de Mrs Lovett me dejó con la boca abierta. Una peli con mil detalles muy bien cuidados.
Un abrazo,
Elena

Y si rebuscas por emule encontrarás el musical de Sondheim de 1982 :D

Hey David ,creo recordar que en la libreria Paris-Valencia hay un facsímil,ya sabes de esos de tapa amarillita,del libro antiguo que se basa esta película.
Escrito en castellano antiguo y creo con alguna ilustración a plumilla

Jur, jur... Angelillo, eres una caja de sorpresas. En cuanto pasen fallas y se abra el cerco que impide entrar a algunas partes de Valencia, me pasaré a ver a Alejandro a Navellos.

Para mí sería magnífica, a no ser por un pequeño detalle: Me horrorizan los musicales.
Si lo sé, soy la nota discordante, pero no lo puedo evitar... No puedo con los musicales.

No eres el único José Luis yo tampoco los soporto. Me encanta el Johnny Depp y el amigo Burton, pero no puedo con los musicales, lo siento.

un saludo.

Hombre, quizás deberías darle una oportunidad, aunque sea cuando salga en DVD. Para mí es una película Burton en estado puro. Vamos, que se suelta la coleta.

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