sábado, mayo 31

Y YA ESTÁ AQUÍ EL Nº3 DE SCIFIWORLD

EL TERCER NÚMERO DE VUESTRA REVISTA CAMINA YA A LAS ESTANTERÍAS DE VUESTRO KIOSKO O LIBRERÍA ESPECIALIZADA FAVORITA E INCLUYE, ENTRE OTROS MUCHOS CONTENIDOS, DOS EXCLUSIVAS ENTREVISTAS QUE OS HARÁN FROTAROS LOS OJOS.



Y ya estamos en el nº3, gracias a todos vosotros.
En este número de Junio, "Hulk" y su nueva película son los grandes protagonistas, con un amplísimo reportaje que nos desvela las incursiones del personaje en todos los medios, desde sus inicios en el cómic a su paso por la pequeña pantalla, así como en las dos mega-superproducciones de este siglo XXI.
Pero si el gigantón tiene un lugar de privilegio en las páginas de este tercer número, Junio será en Scifiworld el mes de los zombis. De la mano del maestro Jose Manuel Serrano Cueto, los muertos cobran vida en estas páginas con una amplísima retrospectiva histórica que, a lo largo de once páginas repletas de información, repasa la trayectoria de una de las figuras icónicas más relevantes del género terrorífico.
Y no se acaban aquí las sorpresas, porque en este tercer número también inauguramos una nueva sección que satisfará los deseos del fan más exigente. En "Maestros del Fantástico" os ofreceremos, mes a mes, una amplísima retrospectiva de realizadores que han marcado el género con una huella indeleble. Y que mejor autor que M. Night Shyalaman para dar el pistoletazo de salida a esta iniciativa que esperamos que despierte vuestro entusiasmo.
Y, por último, reservando lo mejor para el final, las grandes sorpresas, dos entrevistas exclusivas que harán que un escalofrío de emoción recorra las espaldas de los aficionados del género. El maestro por excelencia de los no-muertos, el mago del horror norteamericano, el inclasificable e inimitable George A. Romero habla para Scifiworld de su pasado, presente y futuro. Pero no es el único invitado sorpresa de este número. Si te decimos Henry, puede que una punzada de reconocimiento recorran tus nervios, si te decimos Jr. ya tus labios estarán temblando, pero preferimos decirte.... ¡¡¡Harrison Ford!!! Indiana Jones en persona blande el látigo en esta entrevista exclusiva para deleite del niño que todos los amantes del cine albergamos en nuestros corazones.
Además y como siempre, amplios reportajes sobre la actualidad cinematográfica, un completo artículo sobre las adaptaciones de las viñetas más allá de Marvel y DC, reseñas de todos los estrenos previstos para este primer mes veraniego, la sección doméstica del Hollodeck y un nuevo apartado de críticas de los estrenos de más solera de la cartelera actual.
Todo esto y mucho más os espera ya este viernes si sois afortunados de vivir en Madrid. Sino, a lo largo de la semana que viene podréis encontrarla en los kioskos y librerías especializadas de vuestra ciudad. Recordad, Scifiworld está, de nuevo, caminando hacia vosotros. No faltéis a la cita.

Y atentos a vuestros buzones, porque la semana que viene también llega:



By David Mateo with 2 comments

viernes, mayo 30

Sacar pecho

Para saber quiénes somos en lo literario basta echar un vistazo a nuestro alrededor y darnos cuenta de lo inconmensurablemente pequeños que llegamos a ser comparados con el vasto mundo que nos rodea. Una vez conscientes de nuestra situación respecto al gran panorama literario nacional, una vez que hemos comprendido que somos una millonésima fracción de la gran tarta literaria que se reparte en este país, surge la pregunta: ¿vale la pena sacar pecho? Si al fin y al cabo somos el último mono de la cola. El autor rarito que escribe sobre dragones y princesas, sobre naves espaciales y héroes indestructibles. En cualquier convención literaria, la gente te despacha con una sonrisa condescendiente, te mira por el rabillo del ojo y acaba asintiendo de mala gana. Aun así, el lector no habitual de este tipo de literatura, alucina cuando abre un libro de fantasía y le da una oportunidad. En lo que Perversa lleva de singladura en el mercado, he recibido más enhorabuenas por «El regalo de bodas» que por cualquier otro cuento de corte menos fantástico que aparece en la antología, y la mayoría de las veces esos parabienes proceden de gente no habituada a leer fantasía.

El otro día, comentaba con un amigo lo marisabidillos que llegamos a ser los frikis por Internet (y no me detengo en la literatura, sino abro la perspectiva a todo el espectro lúdico que puede encontrarse en este santo país: cine, cómic, manga…) Lo sabemos todo, somos especialistas en todo, y en alguna ocasión, cuando alguien no está de acuerdo con nuestra postura, iniciamos la última cruzada por llevar nuestras opiniones hasta lo más alto. Vivimos rodeados de vacas sagradas cuya obra más vendida no tiene comparación con el folletín más ridículo de cualquier novelucha de corte esotérico, de editores cuya barbilla vive señalando perpetuamente el Olimpo de los Dioses y a la hora de la verdad sobreviven como cualquier hijo de vecino. De administradores de páginas webs cuyo único interés es convertirse en el eje sobre el que se mueva la literatura fantástica nacional e internacional. Y, sobre todo, (y me incluyo en el saco) de lectores que tenemos más ego que paciencia y no estamos dispuesto a dar el brazo a torcer aunque estemos echando un pulso al mismísimo Yog-Sothoth. Hay momentos que me paro a pensar en la tarta del principio y yo mismo me respondo: «Menos mal que hemos encargado la mini, porque si traemos la familiar aquí corren ríos de sangre.»

La verdad es que luchar contra este tipo de cosas es algo irracional y banal, algo así como tratar de cambiar el sentido del viento con un abanico. El mundo friki ha forjado su propio carácter y a estas alturas nadie lo va a cambiar. Quizás, si actuásemos de otra manera a todos nos luciría mejor el pelo. Quizás no. ¿Quién sabe? Vale más la pena adaptarte a las circunstancias, levantar tu propia torre de cristal y sobrevivir como una buenamente pueda. Al fin y al cabo, el fandom cada vez es más pequeño, está más castigado por sus propias disputas internas y el autor debe preocuparse más por llegar al resto de la tarta y salvar el tipo que en tratar de estar a buenas con todo el mundo, algo que a la larga va a ser imposible.












¡¡¡Os recordamos que hoy toca actualización de Tajundra!!!

By David Mateo with 4 comments

jueves, mayo 29

Miasma 10 - Quiero degollar al rey negro


Material que incluye el nº10 del fanzine Miasma:

-MAKO de José María Tamparillas.
-LAGO DE FUEGO de Magnus Dagon.
-LA ISLA de Francisco Javier Illán Vivas.
-LA MUERTA SE LLAMABA PAULA de Enric Herce.
-EL CUERVO BLANCO de Miguel Puente.
-QUIERO DEGOLLAR AL REY NEGRO de Tobías Grumm.
-LAS CINCO BRUJAS de Emanuel R. Marques.
-PEDRO Y EL AGUJERO de Carlos de la Cruz.

La portada es obra de David M. Rus. Aquí tenéis algunos lugares de venta de MiasMa. Y, aquí como subscribirse.

By David Mateo with 11 comments

miércoles, mayo 28

Crisis


Leyendo la entrevista que le han hecho en TeleComicDiario a Viturtia, el editor de cómics Marvel en Panini, veo que la tan cacareada crisis económica también ha llegado al quiosco. Es algo que no me coge de nuevo, la verdad. Hoy en día, las ventas de revistas como el Qué leer o Fotogramas han caído desorbitadamente, y parece que las únicas que mantienen el tipo son el Pronto, el Qué me dices y alguna de marujeo más. Lo mismo sucede en el mundo del libro. Parece que este período de vacas flacas va a provocar que más de uno coja los bártulos y se dedique a otros menesteres. Las librerías, saturadas de títulos, no dan abasto y el género no sale de las estanterías, las distribuidoras comienzan a acusar su nefasta gestión y las editoriales sobreviven como pueden…
Si nos fijamos, las novedades editoriales están cayendo en picado de unos meses a esta parte. Donde antes se presentaban diez títulos trimestrales, ahora se presentan dos… si llega. Y, para colmo de males, parece que las editoriales que apostaban por autores nacionales comienzan a padecer la consecuencia. Ante este panorama tan poco halagüeño, sólo nos queda rezar para que pase pronto —hablan de dos o tres años como mínimo— y prepararse para la guerra. Parece que las palabras premonitoras de muchos editores que auguraban que aquellos autores que no estuvieran bien posicionados en el panorama nacional acabarían ahogándose en el maremagno de las circunstancias, se vuelven escalofriantemente reales. Lo que está claro es que estamos en los inicios de una cuesta que aspira a llegar muy alto. Ante eso sólo queda un remedio, llenar la mochila de víveres, armarse de valor e iniciar la escalada… ¡¡y que sea lo que Dios quiera!! Guerra, yo al menos, vamos a seguir dando.

By David Mateo with 15 comments

martes, mayo 27

El mecenazgo

La verdad es que a estas alturas uno tendría que estar curado de espantos, pero el otro día, navegando por Internet, leí una aseveración bastante chunga. Más o menos venía a decir que los autores necesitamos un mecenas para publicar nuestros libros y, dado que el editor pone la pasta, le debemos dócil pleitesía. Para rematar tamaña barbaridad, se ponía un ejemplo entre Virgilio y Augusto y venía a decirse que Virgilio era el publicista de Augusto. Y todo esto para defender la autoedición y la independencia de valores.

Y ahora digo yo: ¿de verdad vivimos en un mundo dónde tienen cabida semejantes insensateces? ¿Para defender un negocio tan dispar como la autoedición hace falta llamar a los autores profesionales vendidos o pelotas? Es que hay cosas que rozan los límites de lo divino y de lo humano y, por supuesto, el insulto. ¿A alguien en este santo país se le ocurriría decir que el pobre asalariado le debe pleitesía a su jefe por pagarle la nómina a final de mes? Los pelotas existen en la literatura y en cualquier orden de la vida. Y los miserables que se venden a una editorial con tal de que le publiquen el siguiente libro también. Pero oiga… ¡¡eso pasa en cualquier empresa!! ¿O acaso alguien no se ha llevado una buena tarascada por culpa del baboso del jefe?

El mundo editorial y profesional es mucho más complejo que esa imagen arcaica y retro que quieren dar de él (y fíjense que extraño, esa imagen suele venir la mayoría de las veces de gente que no ha publicado un libro en su vida y se dedica a alabar las innumerables posibilidades que ofrece Internet). El mundo profesional ofrece los mecanismos adecuados para que el autor se centre en sus libros y en la promoción y que el editor se encargue de poner el resto de medios para que la novela sea distribuida, se encuentre al alcance del público y todos puedan llegar hasta ella.

Internet no va a representar la solución a todos los problemas o el Edén para los escritores noveles. Seamos sensatos, por favor, y vamos a crear un paralelismo: ¿Cuántos blogs hay pululando por la web que hablan de literatura o publican cuentos? Decenas, centenares, miles… ¿Cuántos realmente son leídos? Es más, los que son leídos, ¿por cuánta gente? Para destacar en Internet tienes que hacer un trabajo exhaustivo que puede ser agotador. La web no es jauja para el primero que llega y publica su libro. Al contrario, los esfuerzos y el tiempo que el autor debe invertir para que su libro tenga la más mínima resonancia mediática debe ser brutal, sobre todo porque va a competir con un montón de gente anónima que se encuentra en su misma situación. Y no me quedo ahí, el autor novel va a competir con gente que verdaderamente está preparada para trabajar con Internet, lleva años haciéndolo y sabe manejarse por la web tan bien como por las editoriales profesionales. Por lo tanto no hagamos castillos en el aire, ni hagamos las cuentas de la lechera, porque Internet va a ser una herramienta que va a estar a nuestra disposición y, en breve, la literatura va a encontrar un hueco muy importante en ella, pero ni las editoriales van a desaparecer de la noche a la mañana, ni va a ser oro todo lo que reluce.

Regresando al tema principal, debo decir que los discursos que hablan de mecenazgos o de propagandas servilistas, suenan arcaicos y de una ignorancia supina. Mira que a estas alturas conozco editores: grandes, pequeños, medianos, modestos, engreídos, humildes… pues bien, todavía no he visto la figura del editor que tiranice al autor. Es más, antes creo que sería el propio autor el que se involucrara en ese juego de «doramiento de píldora» por voluntad propia que a instancias de la editorial. No veamos fantasmas donde no los hay, por favor. Si la editorial es seria, se plantea un contrato profesional en el que se detalla una serie de compromisos entre autor y editor, como en cualquier orden de la vida, sin oscurantismos ni siniestros intereses, a partir de ahí el esfuerzo por llegar a buen puerto es común, y si al final se acaba fracasando en la empresa, cada uno por su lado y aquí no ha pasado nada. Y si, al contrario, el libro se convierte en un superventas y la editorial hace el agosto con la novela, es el propio editor el que dispensa un trato agradable al autor y el que le recompensa por su buena trayectoria literaria.

Esa es la relación profesional entre autor y editor, y todo lo que se aleje de ese sendero son pajas mentales o movidas turbias que nada tienen que ver con el panorama profesional. Así que antes de lanzar acusaciones o aseveraciones irreflexivas, vale la pena pararse a pensar, ver lo que se está diciendo y, en caso de estar insultando o profanando la dignidad de un grupo de profesionales, vale la pena morderse la lengua y pensar en temas más provechosos para la humanidad.

By David Mateo with 6 comments

lunes, mayo 26

Más Indiana Jones

Palabras de Viktor Perov, miembro del Partido Comunista Ruso:

Hemos luchado junta a EEUU para derrocar a Hitler, y hemos simpatizado con ellos cuando lo de Bin Laden. Pero ellos se dedican a asustar a los niños con los comunistas

Estos afirman que la cinta distorsiona la Historia y han pedido que sea retirada la película de las pantallas de ese país. La película se ha estrenado en Rusia en 808 pantallas, el mayor estreno en este país de una película de Hollywood.

By David Mateo with 9 comments

El baile del vampiro, de Sergi Bleda


En 1897 se edita la famosa novela de Bram Stoker “Drácula”.

Cien años después Planeta DeAgostini lanza la serie limitada de cuatro comic books que consagraría definitivamente a Sergio Bleda como autor profesional de cómics, “El Baile del Vampiro”, dentro de su “Línea Laberinto” dirigida por Antoni Guiral y dedicada exclusivamente a editar comics realizados por autores españoles.

Dos años después, el éxito obtenido propicia la aparición de un número especial autoconclusivo, “Inés 1994”, cuyo argumento se centra en el origen como vampiro de la protagonista femenina de la primera miniserie, y se planea la aparición de una serie regular que la continuaría indefinidamente. Por desgracia, la Línea Laberinto fue cerrada, y este y otros muchos proyectos de distintos autores, se quedaron sin su espacio.

En 2004, el autor retoma a Jakob, el protagonista masculino de la serie original, y cuenta con la colaboración del escritor Alberto López Aroca para la creación de “Schtroumpf!”, una breve historia a todo color que será, además, un homenaje al creador de Los Pitufos.

Este volumen editado por Aleta reúne, por primera vez, todo este material e incluye todo tipo de imágenes relacionadas con la serie, como cubiertas originales, bocetos inéditos, ilustraciones promocionales, además de un relato de Alberto López y una galería de una veintena de autores.

Andaba rebuscando entre los comics españoles y europeos que se exhiben en Gotham, la tienda de mi buen amigo Toni, y di con este baile del vampiro. En seguida me vino a la cabeza la película de Roman Polanski, pero en cuanto abres la primera página del cómic en cuestión te das cuenta que no tiene nada que ver. La historia que nos cuenta Sergi Bleda transcurre en una Barcelona contemporánea, llena de tribus urbanas, pafetos, alcantarillas y suburbios. En un principio, el dibujo del autor puede echarnos para atrás, es feote, basto y grueso, pero eso sólo pasa al primer vistazo. En cuánto te detienes a ver las viñetas, te encuentras con unos personajes perfectamente definidos que se mueven ágilmente por la historia y arrastran un alto grado de erotismo.

Creo que fue precisamente el dibujo lo que me llevó a pillar el cómic. En cuánto comienzas a leer, te das cuenta de que la historia que se narra avanza con la misma naturalidad como fluyen las viñetas. Diálogos muy urbanitas, situados en una Barcelona pachanguera llena de catedrales, hoteles de lujo y bares.

La historia comienza con la desaparición de Ana y su encuentro con Inés, una vampira a la que le van las emociones fuertes, pero que mantiene una moralidad a la hora de hincar el diente. Inés acaba mordiendo a Ana y cediéndole parte de su sangre. Consecuencia: Ana se vuelve vampiresa. Pero las cosas se complican cuando Ana es violada por un macarra y pierde su virginidad. Ana acaba convirtiéndose en algo más que un vampiro. Un demonio sin escrúpulos llamado súcubo, la reencarnación de Lilith, un arma en potencia que caerá en las manos indebidas de Paul, el Vampiro Blanco.

Una historia muy entretenida que depara unas cuántas horas de diversión.


By David Mateo with 2 comments

domingo, mayo 25

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal

¿Es la mejor película de Idiana Jones? No. ¿Es una buena película con Indiana Jones de protagonista? Indudablemente. Establecer comparaciones entre un film y otro me parece tan estúpido como fuera de lugar. Cada película es un mundo diferente; cada episodio de la vida del doctor Jones acaba convirtiéndose en una montaña rusa con persecuciones, peleas y acción a raudales y «El reino de la calavera de cristal» las tiene. Para ser sincero, las dos horas de película se me pasaron en un suspiro, eso es significativo. Desde el magistral descubrimiento en el Área 51 a las innumerables pruebas que nuestro arqueólogo favorito tendrá que superar en la pirámide azteca, pasando por la Universidad y unos escenarios que parecen sacados de American Grafitti.

Mucho se está hablando de la inclusión de elementos aliens en la película y, en más de una ocasión, para mal. Uno de mis amigos comentaba que Indiana Jones no pega con este tipo de conspiraciones. ¿Pues qué quieren que les diga? Después de ver la búsqueda de una reliquia sagrada como el Arca de la Alienza, la exploración por las minas más siniestras de una India Colonial de 1935 y la lucha por el grial de Cristo, a mí en este tipo de aventuras me pega cualquier elemento sobrenatural. Hay quién se ha atrevido a decir que la aparición explícita de los alienígenas desvirtúa el final. Y yo pregunto: ¿y la apertura del Arca no? ¿Y el encuentro entre Indiana Jones y el templario en las grutas del grial tampoco? Cuando uno se adentra en una aventura de Indi sabe que va a llegar hasta el final y no se va a quedar a medio camino. Nadie engaña a nadie. Desde el principio sabes que el factor alien va a estar ahí. No en vano, la historia transcurre durante la guerra fría, un momento histórico en el que las masas centraron parte de sus miradas en el espacio y el gobierno estadounidense comenzó a crear organizaciones oscurantistas como la Comisión Robertson.

Pero volvamos al personaje: Harrison Ford, una vez más, lo borda. Ha nacido para ser Indiana Jones y ningún otro podrá sustituirlo. En cada película ha sabido interpretar su papel de héroe perdedor, infatigable y farruco. Si en «Indiana Jones y la última cruzada» se superaba representando a un hijo incomprendido y rebelde, en esta película intercambia su rol con Sean Connery y se convierte en el padre mentor de Mutt Williams. Durante el film se disciernen un montón de guiños al viejo Henry Jones Sr. Y lo cierto es que, dejando a un lado saltos y piruetas (¡¡que tienen que haberlos porque estamos viendo In-di-a-na Jo-nes… no la última peli de Lars von Traer!!), nos encontramos con un doctor Jones más cascado que nunca pero innegablemente más sabio, más pasado de vueltas y más atrevido. De nuevo el destino de Jones se cruza con Marion Ravenwood, la única mujer con agallas que es capaz de estar a la altura de su marrullería. ¡¡Descojonante su encuentro en el Amazonas!! Y, por supuesto, por ahí pulula Shia LaBeouf luciendo peine y pelo engominado, moto potente, y aires macarretas que nos hacen pensar en un Indiana Jones en bruto al que le falta mucho por pulir. Una vez más, referencias a Marlon Brandon en la primera aparición de Mutt en el andén del tren y a esos Estados Unidos que vivían entre el rock and roll y la amenaza comunista.

En esta ocasión, los rusos no tienen ese glamour que mostraron los nazis en las primeras películas, pero la científica Irina Spalko se come la pantalla con su frialdad y con su acento bielorruso. Las expresiones de Cate Blanchett, impasibles y altaneras, reflejan el rostro interior de una mujer ansiosa por entender un poder parapsicológico que trasciende al ser humano. Es la contrapartida perfecta para los nazis, tan ansiosos de adquirir la esencia de Dios, pero además la tía no se lo piensa dos veces a la hora de iniciar un duelo de espadas con el pobre Mutt a bordo de dos coches o recorrer media jungla perseguida por una marabunta de hormigas.

«El reino de la calavera» nos trae imágenes inolvidables. Se me pone la piel de gallina al rememorar la escena de Indiana Jones echo polvo y observando desde la lejanía el hongo nuclear que daría comienzo a la era atómica, o el interrogatorio en la base estadounidense de los agentes encorbatados del FBI en el que se desvela que Indiana Jones fue agente doble y que los tiempos han cambiado, que el enemigo se agazapa tras la Cortina de Hierro y que no es un rival tangible como el nazismo.

Desde luego choca encontrarse con el nuevo estatus quo del mundo por el que debe moverse nuestro viejo Indiana Jones, pero en el fondo Indi sigue siendo Indi, y sean nazis, una guerra mundial o la amenaza asfixiante del Telón de Acero, las aventuras siguen siendo igual de trepidantes y divertidas. Además, Spielberg deja bien a las claras en la última escena de la película lo que representa Indiana Jones. El gesto de Indi (y perdonen que introduzca este SPOILER, pero creo que es inevitable para concretar la esencia de la historia) arrebatándole el sombrero a Mutt y poniéndoselo él es síntoma innegable de que héroe como Indiana Jones sólo puede haber uno y nadie jamás podrá arrebatarle ese derecho.


By David Mateo with 16 comments

sábado, mayo 24

Y el nuevo libro de David Jasso es...

Errores
(en inglés errors...)

Pues sí, nuestro maño favorito se descuelga con una nueva novela después de Cazador de mentiras, en esta ocasión con una trama que se aleja del terror convencional pero que promete grandes dosis de tensión. La editorial Hegemon la ha calificado como un cruce entre los Cohen y Hitchcock, lo cual ya es decir. De momento, el prólogo promete.

¿Y de qué va la novela? Los protagonistas son un grupo de jóvenes que realizan una pequeña barrabasada y acaban superados por las circunstancias cuando todo se complica. La novela es emocionante en un doble sentido: tanto por los acontecimientos que tienen lugar, como por las emociones que desata. El lector acaba sintiendo los problemas y dilemas de los protagonistas.

Adelantaros que la novela saldrá para final de año y el autor nos ha prestado amablemente su prólogo (¡¡en primicia en la Sombra de Grumm!!) para que lo lea todo aquel que le apetezca. ¡¡Gracias, David!!

Pues nada, a disfrutar del prólogo y a esperar ansiosamente la nueva novela de David Jasso.



PRÓLOGO

Dicen que la primera frase de un libro tiene que enganchar al lector... menuda papeleta. No tengo ni idea de cómo empezar. Y mucho menos de empezar con algo llamativo y que atrape. Llevo una hora dándole vueltas al asunto y no se me ocurre nada. Pues sí que arrancamos bien...

Así que acabo de tomar una decisión: No voy a complicarme la vida. Voy a contar las cosas tal y como sucedieron, tal y como las viví. Voy a ser yo mismo, que es una de las cosas que mejor se me da, aunque, en realidad, en muchos momentos preferiría ser cualquier otro. El psicólogo al que mis padres me obligan a acudir, ese calvo aburrido incapaz de comprenderme, me dice que tengo que reforzar mi autoestima y evitar este tipo de comentarios, no pienso hacerle caso. Al menos mientras esté escribiendo este rollo. También me ha recomendado que aceptara la propuesta para escribirlo, afirma que me irá muy bien y que me liberará de mis temores. Será pestiño el tío... Yo creo que es él quien no está demasiado bien de la chaveta, tan resabido, tan seguro de sí mismo, siempre pegado a su pipa maloliente como un niño aferrado a su chupete... Mejor dejarlo, me pone de los nervios.

El caso es que empiezo a pensar que escribir este libro no ha sido una buena idea, para redactar las pocas líneas que llevo me he pegado media tarde, a este paso no acabaré nunca. Así que, lo dicho, escribiré este relato sin embrollarme demasiado, aceptaré mis limitaciones y me dedicaré a narrar la verdad. Seré sincero, contaré todo de la mejor manera posible, pero desde luego no mentiré, ni adornaré lo acontecido. Además ¿para qué? No tendría sentido, todo el mundo sabe ya lo que pasó y cómo acabó todo, lo han podido leer en los periódicos o ver en las noticias. Y, lo confieso, no puedo evitar sentir vergüenza, mucha vergüenza; tanta, que siento un nudo en la boca del estómago, como si hubiera tragado un trozo demasiado grande de pizza sin masticar. Me horroriza lo que aconteció, y me estremezco cuando pienso en lo que hice. Por no hablar de cómo acabó todo. Uuff, todavía tiemblo cuando lo recuerdo. Qué palo, pero qué palo... y eso que no acudí al funeral, no tuve valor. Claro que probablemente no me hubieran permitido acercarme después de todo lo que pasó.

Quizás una buena manera de empezar sería pedir perdón, decir que lo siento. Pero suena tan vacío, tan miserable. No, no quiero empezar el libro así, con palabras sin contenido, admitiendo mi culpa en algo que no elegí. Fue la desgracia la que nos eligió a nosotros, la que nos arrastró como una gran ola irrefrenable, la que nos envolvió y nos arrebató el aliento; nosotros solo nos limitamos a intentar mantener la cabeza fuera del agua. Creo que lo mejor es contar todo tal y como sucedió, sin ir de víctima, sin adornos, sin pedir perdón por un error que no supe ver.

Así que, apenas un mes después de que todo se hiciera público, estoy aquí frente al ordenador, y en lugar de conectarme al Messenger como solía hacer para chatear con los colegas, lo que hago ahora es teclear estas palabras para que formen parte de un libro (un relato novelado, según el editor) contando lo que pasó. No será fácil, no me apetece nada. Tengo que pensar cada frase y con frecuencia me quedo en blanco, sin saber cómo continuar. En esos momentos, cuando no sé qué escribir, minimizo el Word y veo el fondo de escritorio de mi ordenador. Los ojos de ella están ahí, mirándome desde mi TFT. Recorté su foto con el Photoshop, me dolía demasiado ver su rostro completo, sin embargo fui incapaz de renunciar a sus ojos. Amplié la imagen hasta que esa mirada turbadora y triste ocupó por completo la superficie de mi monitor. Nunca renunciaré a sus ojos, vivo dentro de ellos; quiero creer que soy ese brillo pixelado que reluce junto al icono de Mi PC, el último fulgor de una estrella apagada.

Acabo de acudir a mirarla y todavía duele tanto como el primer día. Oh, no creo que sea capaz de acabar esta historia miserable, quizás debería aceptar la oferta de utilizar ese negro que me ha propuesto el editor. Sería más fácil, yo sólo le contaría algunas cosas y él le daría forma, lo empaquetaría todo y lo envolvería para regalo con brillante papel de palabras exactas y frases precisas. Pero no quiero hacer eso, se lo debo a los demás, tengo que ser yo quien lo haga. Aunque me temo que acabarán cambiando cosas y corrigiendo mi desastrado estilo de redactar; solo espero que no modifiquen lo importante, el contenido, el mensaje, la tristeza que ahora anida en mi corazón y el cúmulo de circunstancias que nos llevó irremisiblemente a la tragedia.

Si he aceptado escribir el libro, al menos la parte que me afecta (porque creo que añadirán trozos), no ha sido por las recomendaciones del chalado de mi psicólogo y su pipa renegrida, ni por la pasta que me han prometido, que tampoco es tanta; sino porque creo que se lo debo a los demás, a Miguel, a Berta, a Pailay y a Inés, sobre todo a Inés, mi Inés. A esos ojos que me miran con triste dulzura desde el ordenador. Y también a los otros implicados, a Copito y sus dueños, a los chicos del parque, incluso al idiota del Morlock, ese animal al que le patearía la cabeza... Les debo la verdad, la gente tiene que saber lo que pasó, que no somos delincuentes, ni dementes. Ni sádicos, ni pervertidos. Ni asesinos. Nadie quería que la cosa acabara así, nadie. Lo juro, lo juro mientras una nueva oleada de vergüenza me sacude y mi vientre se agita como cuando mi madre extiende las sábanas sobre la cama. Solo éramos unos chicos desorientados y asustados; hastiados y aburridos, pero no mala gente. Sólo, bueno, nos equivocamos, cometimos un error. Un error que llevó a otro y luego a otro... Y ya no supimos salir. Y... bien, ya conocéis el final, el triste final.

Pero no quiero que nadie ponga en mi boca palabras que no sean mías. Que nadie cuente nada diferente a lo que pasó. Que nadie pueda decir que soy un cobarde a pesar de cómo actué y cómo acabó todo.

Así que voy a hacer frente a mi responsabilidad y a mi compromiso, puede que no sea un escritor famoso como... como... bueno, no conozco a ningún escritor famoso, nunca me ha gustado leer, y no se me ocurre nadie a quien nombrar, pero voy a intentar escribir la parte que me toca de este maldito libro con toda mi alma.

Lo cierto es que no he escrito nada en mis diecisiete años de vida si exceptuamos las redacciones de clase, y no sacaba buenas calificaciones; he de admitir que me fumaba muchas clases y los suspensos estaban a la orden del día en cualquier boletín de notas. Nunca hubiera imaginado que nadie me ofrecería nunca un contrato para escribir un libro (el editor, un tío muy majo a pesar de ser periodista, dice que el relato novelado se venderá bien, aunque yo me pregunto cómo lo sabe si aún no lo he escrito).

Mi madre tenía razón, debería haber prestado más atención en las clases de lengua de la grulla, pero esa tía petarda siempre estaba hablando de complementos directos, circunstanciales y tontadas semejantes... Mi máximo logró fue sacar un seis y medio en la redacción con la que tradicionalmente se empezaba cada curso: “Mis vacaciones”. Luego, todo lo demás ya era ir cuesta abajo. Bien, lo que quiero decir, por si no me he expresado con claridad, es que no sé cómo saldrá este libro, que nunca he hecho nada parecido y que nunca me había visto a mí mismo como escritor; como un famoso guitarrista heavy sí, como propietario de un garito enrollado sí, incluso como actor porno; y, siendo más realista, como fontanero o como autobusero, pero no como escritor. Aunque, claro, nunca hubiera imaginado que viviría lo que he vivido y que todo acabaría de la forma en que ha acabado. He estado en el centro de la noticia, he salido por televisión a mi pesar (odio esa mierda de programa de “Impacto TV”) y ha aparecido mi foto y la de los demás en periódicos y revistas. Y vaya pintas que tenía cuando acabó todo, casi ni me reconozco. Ahora ya estoy mucho mejor, gracias.

Bien, pues supongo que una vez dicho esto, habrá que empezar.

Sigo sin encontrar esa frase que llame la atención. Y no me extraña, ya que la vida te lleva por caminos inesperados; muchas veces, cuando tomas el desvío que marcará tu ruta durante el resto de tu existencia ni siquiera te enteras, quiero decir que cuando todo empezó no sonaron trompetas ni hubo una gran fanfarria preparándonos para lo que iba a acontecer. Nada nos anunció que esa calurosa tarde de mediados de junio nuestra vida cambiaría. Todo empezó mientras estábamos en el parque tumbados a la sombra de un pino pequeñajo mientras hablábamos de temas sin importancia, así que ¿cómo puedo comenzar el libro con algo epatante, con algo que llame la atención, si sólo éramos un par de adolescentes tumbados sobre césped descuidado?

Hacía calor y comenzábamos a arrepentirnos de haber decidido ir al parque Miraflores a pasar el rato, pero no somos muy originales y eso era algo que solíamos hacer con frecuencia. Miguel y yo estábamos aburridos, bueno, no, voy a ser más preciso: Miguel estaba aburrido, yo estaba deprimido. De hecho, no tenía claro si quería morirme o hacerme matar. La expresión tenía el ánimo por los suelos se quedaba corta, yo lo arrastraba como si fuera una de esas grandes bolas de las caricaturas de los presos, dejando tras de mí un surco profundo y áspero; la bola jalaba de mí para llevarme al centro de la tierra. No teníamos pelas, no teníamos ganas de nada, no teníamos cerveza, no teníamos ni una simple china. Lo único que teníamos era calor, nada más, sólo calor. Calor asfixiante, agobiante, pegajoso, ese calor asqueroso y seco de esta ciudad que hace que se te derritan las ideas y a tu cerebro solo se le ocurran locuras recocidas.

Las chicas no acudirían hasta más tarde, habían ido a comprar un regalo para el cumpleaños de no sé quién, y, de todas formas, no me apetecía nada verlas. Es lo que tiene cuando a uno le rompen el corazón. Se queda hecho polvo.

Perdonad un momento, voy a minimizar. Tengo que ver de nuevos sus ojos. Esos espejos azules como el lago en la pradera, dulces como una caricia escondida y tristes como una noche en soledad. La echo tanto de menos.

Ese debería ser el principio, la imagen de sus ojos. Sí, siempre han estado ahí. Sin embargo, son el final.

... ... ...




By David Mateo with 5 comments

viernes, mayo 23

Cábalas y cálculos para aguantar hasta el sábado y no morir en el intento. Indiana Jones IV.

Si ayer alguna célula terrorista hubiera decidido poner una bomba en cada cine del planeta, la humanidad se hubiera librado del noventa y ocho por cien del mundo friki (y yo no tendría que ir de aquí al sábado con pies de plomo a la hora de abrir los emails).

Sentadas estas bases proclamo:

  1. De aquí al sábado por la noche, rogaría que los emails que me mandéis eludan cualquier referencia mínima e intrascendente a Indiana Jones. Solamente me interesaba la opinión de una persona en el Universo y ya la tengo.
  2. Voy a ir al cine, conscientemente, con mis amigos del instituto. Sí, sí, esa clase de tipos que no distinguen a Indiana Jones de Han Solo. De ese grupillo, sólo pueden considerarse frikis mis colegas Manchones (hola Miguel, hola Alberto) y ambos son frikis de grado moderado… bueno, Alberto va para notable. Así eludiré referencias enfermizas a cualquier pasaje de Indiana Jones I, II y III.
  3. Como probablemente me gustará, no tendré que escuchar comentarios del tipo: Uys, pues si Marion en el minuto ochenta y siete del Arca Perdida se hace una cicatriz en el hombro derecho y ahora no la tiene. ¡¡Pero que burro es Spilberg!! ¡¡Vaya mierda de película!!
  4. ¿Por qué no fui el día del estreno? ¡¡Coño, porque el cine pierde todo su sabor si no vas el sábado por la noche!! La noche y el cine son amantes inseparables. Si por alguna de aquellas osas disociarlos, pierden todo el glamour. Ni cuando echaron «La amenaza fantasma» fui el día del estreno (Gracias a Dios).
  5. Que soy un masoca por aguantar hasta el sábado. Lo sé. Y mis uñas inexistentes también lo saben… o lo sabían, porque ya no existen.
  6. He hecho un esfuerzo sobrehumano para no poner el nombre de Indiana Jones en el blog a lo largo de estos tres últimos días, por lo tanto he hablado de la única cosa que puede tener valor en una semana así: el sexo.
  7. Ayer entré en Sedice y la tentación me pudo, al final acabé en la sección de CINE. Evenflow decía que se había puesto nervioso escuchando la BSO. Lo admito, el lado oscuro de la fuerza es muy poderoso y me pasé toda la tarde de ayer jueves escuchando las cancioncitas de marras.
  8. Soy tan cabrón que el domingo por la mañana pondré una crítica llena de SPOILERS y vosotros, pobres mortales que no hayáis visto la película, acabaréis pasándoos al lado oscuro y os tragaréis todos esos SPOILERS. Juas juas juas juas… (Nota1: no seáis cabrones y llenéis este post de comentarios con SPOILERS porque soy tan capullo y tan poquita cosa que acabaré cayendo en la tentación y me los tragaré todos) (Nota 2: este punto lo tenía que haber obviado).
  9. Aunque os parezca mentira, no espero al sábado para librarme de ver al chiquilicuatre en casa de los suegros. Voy a ver Indiana Jones porque me gusta.
  10. ¡¡Que ustedes disfruten la película!! ¡¡Yo prometo hacerlo intensamente!!

Texto dedicao a Erukanor Elenhir, que es más pesao que un camello en brazos cuesta arriba...











¡¡¡Os recordamos que hoy toca actualización de Tajundra!!!

By David Mateo with 22 comments

jueves, mayo 22

Sobre el sexo de los ángeles

La verdad es que últimamente andaba un poco nervioso porque no sabía como introducir una escena subida de tono en mi última novela. No me malinterpretéis, no soy de los que meten escenas eróticas a cascoporro, sin embargo, desde que empecé a escribir, los trabajos que siempre han acabado publicados han sido aquellos en los que ha habido una pizca de sexo. Podría decirse que el sexo ha sido un talismán para mis manuscritos. En todos mis libros hay escenas licenciosas: en «La tierra del dragón», en «Heredero de la alquimia» y ya en «Perversa» ni te cuento (no, en «El susurro del bosque» no hay sexo, que es juvenil).

«Noches de sal» iba a ser una excepción. Había construido la historia hace tiempo y en ella, a priori, no cabía el amor burro. Sin embargo luego llegaron los consejos de Jose Miguel Vilar, el autor más pervertido al oeste del Río Pecos, y me hizo ver que la historia debía tener un segundo hilo conductor y ahí, gracias a Dios, llegó la tan deseada escena sexual. Creo que aparece de forma natural, como suele surgir el sexo en la vida real, sin sonar forzado y, además, aportando algo a la historia, por lo que su inclusión no es gratuita. En fin, que cada vez estoy más contento con «Noches de sal». Creo que aporta algo diferente al terror que se está escribiendo actualmente. Bebe de numerosas fuentes, se construye a partir de unos cimientos innegablemente valencianos y, lo mejor de todo, es que ofrece (al menos para mí) una visión fresca de algo que ya es conocido. Además, creo que ciertos pasajes del libro poseen una magia especial mientras otros son terriblemente tribales.

La novela va muy lenta por lo que ya he explicado miles de veces en este blog, pero tengo que ponerme las pilas y acabarla en tres o cuatro meses porque suenan campanas en la lejanía. Volviendo al tema que quería reflejar en esta entrada del blog, mucha gente puede pensar que escribir una escena de sexo resulta sencillo y gratificante. Todo lo contrario, para mí las escenas de sexo son una ralladura de cabeza y, aunque acabo disfrutando con ellas, suponen horas de lectura y un derroche de esfuerzo para que queden bien integradas, el lector las saboree como debe hacerlo y no parezca un extracto arrancado de un texto de una web de relatos eróticos. Me da miedo extralimitarme y acabar soltando una vulgaridad más típica de Sarita Montiel pasada de vueltas en una noche loca con Parada que de literatura fisna. Ustedes ya me entienden. ¿Dónde está el límite en el erotismo? Comienzo a pensar que no existe. El escritor puede desarrollar la idea más burra que a ustedes les pase por la cabeza, pero siempre, siempre, siempre eligiendo las palabras con precisión y que el texto no pierda su armonía estructural.

Normalmente, cuando acabo una de estas escenas, la releo tres o cuatro veces (por si la cabeza se ha calentado excesivamente y mis dedos han sufrido alguna luxación involuntaria mientras aporreaban el teclado) y corrijo muchísimo. Imagínense si la escena se extiende a más de una página el esfuerzo que supone.

El caso es que el erotismo en la literatura cada vez está más integrado. Hablar de una escena gratuita de sexo resulta hasta descabellado. Las historias deben tener licencia para enganchar al lector, y en ese sentido vale todo: desde el gore hasta el morbo, pasando por cualquier perversión que a ustedes les venga en gana. Lo importante es que el fragmento esté bien integrado, no cante por soleares y se note cierta destreza en su redacción. Conseguida esta meta, escriban sin complejos, al fin y al cabo de eso se trata: escribir es disfrutar y si ustedes disfrutan escribiendo, probablemente sus lectores también lo harán.



By David Mateo with 11 comments

miércoles, mayo 21

No me llames iluso, porque tenga una ilusión...

Tuve la oportunidad de conocer a Antonio Gómez Rufo en la última feria del libro de Valencia. Bueno… más que conocer, estaba firmando «La noche del Tamarindo» en la caseta de la organización, me acerqué a saludar a una amiga e intercambiamos un par de palabras. Más tarde, por mediación de otra amiga, me enteré de la ardua labor que este autor está realizando en Madrid para ayudar a los escritores noveles y me pareció impresionante. El caballero trabaja con grupos cerrados, sin cobrar un duro, y se va quedando con aquellos que muestran verdadero interés. Realiza una labor constante, rectificando errores, trabajando los textos, orientándolos a la hora de encaminar su carrera literaria. Me parece una labor exquisita y loable para un gran autor de la que muchos escritores debemos tomar ejemplo.

En Moncofa estamos llevando a cabo desde hace dos años una labor de animación a la lectura y a la escritura intensísima en el colegio Avelí Corma. Es cierto que trabajar con un grupo tan grande conlleva que los individuos propensos a la escritura acaben sepultados por la masa negativa. Y eso da mucha rabia, porque hay chavales y chavalas que volcándonos un poquito sobre ellos y realizando una tarea intensiva como la que hace Antonio Gómez en sus talleres podríamos conseguir grandes cosas que, a la larga, repercutiría positivamente sobre ellos y sobre el propio pueblo. De momento, nos conformamos con ver que el hábito por la lectura ha crecido en una pequeña población como Moncafa, y que los pequeños lectores conocen un amplio abanico de autores que tres años atrás les era ajeno.

Para el curso que viene vamos a intentar llevar a cabo una pequeña apuesta personal que me llena de ilusión. ¿Qué le vamos a hacer? Uno se ilusiona con pequeñas cosas. Crear un modesto taller permanente al que invitaremos a los más dotados en el campo de la escritura. Intentaremos trabajar con ellos hasta pulir al máximo su estilo y que sean capaces de escribir historias con garantías de éxito. Formaremos un club de lectura e, incluso, si la suerte nos acompaña, montaremos alguna velada literaria. A mí estas cosas me llenan de ilusión; sacar adelante nuevos valores que acaben desarrollando sus aptitudes para la escritura.

A día de hoy no es más que un proyecto en manos de los políticos, así que la cosa queda en el aire. Yo no tengo la suerte de Antonio Gómez Rufo de poder hacerlo de manera altruista; ya me gustaría ya, eso significaría que estoy viviendo de la literatura. El día de mañana Dios dirá… pero de momento estoy cruzando los dedos y con la máxima ilusión puesta en este nuevo propósito.

By David Mateo with 7 comments

martes, mayo 20

¡¡El fúrbol o el sexo!!

Al lorito con la información que hizo pública ayer EFE:

Siete de cada diez españoles prefieren el fútbol al sexo



Un 72 por ciento de los aficionados españoles prefieren el fútbol al sexo, según un estudio europeo que sitúa a los suecos como los más apasionados por este deporte, a tres semanas del comienzo de la Eurocopa.

Según el estudio de Canon, los suecos son los aficionados europeos que más emoción y pasión sienten por el fútbol. Hasta un 95 por ciento confiesa que el fútbol es la única actividad que desata su pasión y emociones. Más de la mitad (63 por ciento) planifica su vida alrededor de eventos futbolísticos y hasta un 88 por ciento ha abrazado o besado a un desconocido durante un partido de fútbol.

Los españoles son los europeos más supersticiosos, los que más rutinas siguen cuando juegan sus equipos favoritos, con un 69 por ciento frente a un 40 por ciento de media europea, y siete de cada diez prefiere ver un partido de fútbol al sexo. Siguiendo esta línea, seis de cada diez españoles (un 63 por ciento) planifica su vida alrededor de los partidos de fútbol. Los colores no suponen un obstáculo a la hora de elegir las amistades. Tan solo el 9 por ciento de los aficionados españoles reconoce elegir los amigos en función del equipo de fútbol que siguen estos últimos. En el otro extremo están los belgas, un 35 por ciento reconoce que seguir a un equipo concreto determina la elección de las amistades.

Tal es la pasión por el fútbol para los aficionados españoles, que uno de cada seis considera que formar parte de la afición de su equipo favorito es como tener una relación de pareja. Y casi doblando la media europea (37 por ciento), un 61 por ciento de los españoles apunta que entre sus personajes más admirados están los jugadores profesionales de fútbol. Portugueses, belgas, alemanes y británicos son los aficionados más 'llorones': tres de cada cuatro declaran haber llorado durante un partido de fútbol. A nivel europeo, dos de cada tres (un 66 por ciento) confiesan haber derramado lágrimas.

Por encima de todo, son la pasión y la emoción, los sentimientos más compartidos a lo largo y ancho de Europa. En términos globales, un 95 por ciento de los aficionados admite gritar en público y más de la mitad de los europeos (60 por ciento) confiesa soñar con el 'jogo bonito'.

El estudio ha sido elaborado por el Centro de Investigación de Asuntos Sociales (SIRC). Aficionados de 17 países europeos han respondido online a una serie de preguntas, 18 de los cuales fueron directamente relacionadas con la pasión y emociones. La media europea se hizo en base a los resultados de las respuestas a estas 18 preguntas y cada país fue puntuado de acuerdo con la variación con la media europea.


A colación de este estudio salió ese famoso chiste de:


By David Mateo with 14 comments

lunes, mayo 19

Dexter, Carnivale, La niebla y El diario de los muertos... ¿alguien da más?

Fin de semana lluvioso, lo cual significa mucha lectura y mucha televisión. Pero no la televisión de los canales convencionales, que esa no la soporta ni el que la programa, sino películas y series. En fin… ustedes ya me entienden. Como he visto un par de pelis que todavía no se han estrenado por aquí y, por otro lado, me he fundido un par de temporadas de series muy interesantes, voy con mis críticas.

Dexter (Temporada 2): Tengo la sensación de que este año, la huelga de guionistas ha deslucido las series de tropecientos capítulos por temporada. Series como House, Anatomía de Grey o Kyle XY se han visto irremediablemente truncadas por ese parón insufrible y las principales beneficiadas han sido aquellas que han sobrevivido a la huelga. A falta de la esperadísima finale, Perdidos se ha convertido con diferencia en la mejor serie de la temporada, con un nivel de tensión que supera con mucho las anteriores y con un buen puñado de giros y revelaciones que comienzan a dar sentido a esa trama oscurantista que Abrams se niega a desvelar.

La temporada que viene parece prometedora: Fringe (con Abrams de nuevo por el medio), Dollhouse de Whedon, Harper's Island, My Own Worst Enema… mientras tanto podemos seguir disfrutando de una de las mejores series de psicokillers que ha pasado por nuestras pantallas. Y es que Dexter es de lo mejorcito que se puede ver actualmente por televisión. Si la primera temporada fue buena, la segunda la supera con creces.

En esta ocasión, nuestro perturbado protagonista no se enfrenta a un competidor, sino que mantiene una nueva lucha contra sí mismo y contra los suyos. Por un lado, la muerte del marido de Rita en el correccional desata las sospechas de ésta. Dexter, para escurrir el bulto, acabará confesando que es toxicómano y, para conservar el amor de Rita, tendrá que acudir a un programa de desintoxicación. Es allí donde conocerá a Lyla (Jaime Murria) una chica que poco a poco destapará la personalidad más psicótica de nuestro asesino y le ayudará a encontrar un nuevo sentido más luminoso a la vida.

Y mientras el código de Harry comienza a resquebrajarse en la cabeza de Dexter, el departamento de homicidios de Florida hace una sorprendente averiguación: decenas de cuerpos diseccionados en lo más profundo de la bahía. El FBI toma cartas en el asunto. El agente especial del FBI Frank Lundy (Keith Carradine) aparecerá en escena y abrirá el caso del Asesino de la Bahía. Los cadáveres se amontonan y las sospechas apuntan hacia alguien que está metido dentro del departamento. Dexter cada vez se siente más agobiado y, lo peor de todo, su nueva forma de vida está repercutiendo en su mente analítica y su manera de desembarazarse de los problemas.

Como dije antes, una de las mejores series que emiten actualmente por televisión. La mente de Dexter es una apasionante paja mental que crea adicción hasta niveles insospechados. Nos enfrentamos a la moralidad de un asesino en serie que sufre problemas emocionales y enrevesados dilemas personales. Es muy fácil perder la perspectiva de quién es Dexter y sentir cierta simpatía por él (¿acaso no hubo quien se sintió identificado con Aníbal Lecter?), pero, a la vez, los guionistas han sabido crear a un personaje dual que cuando deja escapar su personalidad oscura se convierte en un auténtico monstruo que acojona de la hostia.

Ahora a esperar que nos traerá la tercera temporada de nuestro peculiar psicópata de Florida.

Carnivale (Temporada 2): Para mí, la gran decepción. Si la temporada 1 de esta serie es un ejemplo a seguir de cómo hacer las cosas bien, argumentalmente hablando, la temporada 2 se desploma y acaba convirtiéndose en el ejemplo de lo que no hay que hacer para rematar una serie. Y sé que les dieron pasaporte a mitad del rodaje, pero hay cosas que no hay por donde cogerlas. Veintitantos capítulos con el dichoso hermano Justin Crowe (y el inevitable enfrentamiento con Hawkins) y hay que esperar al último capítulo para que, en un auténtico correcalles, los dos personajes se enfrenten y se despachen al primero por la puerta de atrás. Que sí, que sí, que los guionistas hicieron un auténtico esfuerzo para cuadrar la serie, que lo entiendo. ¡¡Pero es que en los últimos tres capítulos meten toneladas de paja que si se la hubieran ahorrado y se hubieran centrado en la lucha entre los dos adversarios, habrían conseguido un final más efectista y menos atropellado!!

Del modo que acabaron esta segunda temporada hay cosas que no entran ni con calzabotas (como que Sofie sea la hija de Justin Crowe). O la muerte del pobre Jonsy. O la inutilidad en la trama de personajes como Norman Balthus, Henry Scudder, Lodz (que por cierto, Ruthie le avisa a Lila que va a volver a aparecer y luego no se sabe nada de él) o de Iris.

En fín, cuando depositas grandes esperanzas en una serie y luego te decepciona, el sabor agridulce que te deja en el paladar es mayor. Y Carnivale, que apuntaba a estar entre una de las mejores series que servidor ha visto, se queda en un bluf inconsistente en el que Justin Crowe pudo ser uno de los malvados más terribles y se ha quedado en demonio de segunda fila. Una pena…

La niebla (de Frank Darabont, basada en una novela de Stephen King): Buena película de terror, en la que una intensa neblina azota un pueblecito y trae consigo un enjambre de insectos monstruosos que se dan el festín padre con los pobres clientes que se han quedado atrapados en un supermercado. Buenos efectos especiales para los bichejos y una odiosa predicadora (la señora Carmody) que, perfectamente, podría ser la madre de Carrie.

Si uno fuese malo, que no lo es, podría interpretar el final de la película como una parábola bíblica reaccionaria. Es decir, aquellos que abandonen el reino de los cielos, pagarán las consecuencias. Carmody, utilizando un discurso anárquico y demente (nadie lo podrá negar) convierte el supermercado en el último bastión contra el Apocalipsis. Cuando los protagonistas deciden abandonar la casa de Dios, para bien o para mal, acaban pagando las consecuencias. Es un mensaje subliminal que Darabont y King se han sacado de la manga en la película, porque en el libro no existe.

Parece que las pelis de Stephen King vuelven a levantar cabeza. Después de Habitación 1408, nos llega La niebla. Para más adelante quedan Buick 8 (¡¡que horror de libro!!), Celular (el libro de cabecera de mi amiguete Emilio Bueso) y Un saco de huesos, para mí una de las mejores novelas de la última hornada de libros kingnianos, a la espera de hincarle el diente a Lisey (por cierto, a ver si se deciden a sacarlo de una puñetera vez en bolsillo).

El diario de los muertos (de George A. Romero): Si La niebla ya lleva un retraso de aupa, Diary of the Dead, de Romero, ya ni te cuento. ¿Pero qué pasa últimamente con las pelis? ¡Ni que estuviéramos en un país tercermundista en el que no se consumiera cine! ¿Cómo es posible que este tipo de superproducciones, que deberían estrenarse al mismo tiempo en todo el mundo, lleguen a España con tanto retraso? En fin, luego que lloren porque la industria cinematográfica va mal, que ellos mismos se lo están buscando.

Pero mejor dejémonos de historias para no dormir y centrémonos en la nueva perlita que el señor Romero se ha sacado de la manga (al lorito, Angelillo, que sé que ésta te gustará). Acostumbrados a El amanecer de los muertos de Zack Snyder o a las pelis de Danny Boyle y Juan Carlos Fresnadillo, volver a los zombis de Romero siempre acaba convirtiéndose en un soplo de aire fresco. Como alguien dice al principio de la película: ¡¡es imposible que los zombis corran, se les romperían los tobillos!! Romero, a estas alturas de la vida, sabe lo que se hace, sabe lo que quiere hacer y, por lo tanto, lo hace de puta madre. Y los que vamos a ver una peli de Romero sabemos perfectamente lo que vamos a encontrar en la pantalla: tiros a bocajarro, unos cuantos mordiscos y algo de moralina en vena al ver a esos pobres cachorros deambulando por el mundo con la cabeza convertida en una tabula rasa.

Una vez más, Romero confronta el horror del mundo al borde del holocausto con el horror que subyace en la mente del hombre. En ciertos aspectos me recuerda a la segunda parte de La noche de los muertos vivientes, pues aunque no hay supermecado por el medio (¡¡hoy es el día de los supermercados!!), los personajes continuamente apelan a discursos éticos y moralistas cuando se encuentran cara a cara con un zombi. Una vez más se usa el efecto de cámara al hombro para realizar la película, alternándolo con vídeos colgados en Internet, cámaras de seguridad e imágenes captadas con teléfonos móviles. Pero el efecto mareo no existe en esta película, ya que las escenas ni se sacuden, ni sufren temblores bruscos. Es más, Romero se las apaña para que no haya persecuciones con la cámara al hombro, por lo tanto esa sensación de precipitación que sí que tienen pelis como Rec o Monstruoso aquí no existe.

Sí que es cierto que la eterna discusión entre Jason y su novia Debra de si deben seguir grabando o no con la cámara llega a ser un pelín cargante, pero tampoco es un lastre insoportable para la peli. Por cierto, la chica que hace de intelectualoide (Debra) es guapísima e interpreta a su personaje con mucho tino.

Romero vuelve a sus orígenes y plantea una peli de bajo presupuesto con poco gore y mucho efectismo. Ya se habla de una trilogía (¡¡sí, sí, sí, por favor!!). Alucinante la escena del amish y un final que, inevitablemente, te trae a la cabeza los últimos minutos de metraje de su gran obra maestra: La noche de los muertos vivientes.

¡¡Romero for president!!


By David Mateo with 21 comments

sábado, mayo 17

Fantasymundo

Debo admitir que Fantasymundo es uno de los portales que más me agradan. Su aspecto visual concuerda con el tipo de portal que yo diseñaría y su contenido es super-dinámico y muy visual. Y ojo, que no se me enfade nadie, que es uno de tantos que visito diariamente: Sedice, Scifiworld, Stardust, Bibliópolis, Tierras de Acero, Ociojoven, Dreamers, Pasadizo, Aullidos, etc etc… El caso es que Alejandro es un tipo que me cae genial, tuve la oportunidad de conocerlo en Barcelona y hemos coincidido en un par de ocasiones, y cuando puso encima la posibilidad de colaborar en él, no me lo pensé dos veces. Quería estar en Fantasymundo porque es uno de los portales referentes de género.

Así que comienza mi andadura en este maravilloso portal con una columna que espero disfruten: Tecnología aplicada, un tema un tanto espinoso que quería tratar desde hace tiempo y que creo que tiene mil vericuetos.


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viernes, mayo 16

Feria del libro de MADRID


Como cada año, la Feria del libro de Madrid demuestra que es uno de los eventos multiculturales más abiertos a nuevas tendencias que se pueden encontrar a lo largo y ancho de nuestro país. Este año, toca doble sesión de firmas.

Día 7 de Junio (sábado).

Por la mañana, en la caseta 252, de Equipo Sirius, firmaré La Tierra del dragón, de 11:30 a 14 horas.

Por la tarde, en el stand de la librería Estudio en escarlata, volveré a dar un rato más la tabarra, esta vez firmando el resto de mi bibliografía (La tierra del dragón, Perversa, El susurro del bosque…), de 18 a 19:30 horas.

¡¡Os espero!!

Además, este año, en la feria se presenta, además de PERVERSA, una novedad en primicia primiciosa:


El susurro del bosque



Es en la oscuridad donde moran los secretos que todos deseamos mantener ocultos. La aldea de San Pedro, situada entre los bosques de Kangucha, ha permanecido aislada desde que Francisco Pizarro arrebató los territorios de Nueva Castilla al emperador Atahualpa. Pero los parajes bañados por el río Oxoca no se han librado de una presencia tenebrosa que se esconde entre los árboles, un monje fantasma armado con una guja española que acecha a los inocentes habitantes de San Pedro. Sólo el tartamudo Tomás, ayudante del padre Bernal, tiene la clave para resolver los misterios que conciernen al Monje fantasma de Nueva Castilla.

Historia y leyenda se dan la mano para crear una novela de misterio a la vieja usanza, tal como la idearon grandes clásicos de la literatura como Poe, Lovecraft o Stevenson. Con fantasmas que buscan justicia y personajes entrañables que se debaten en un juego enigmático que se enraiza hasta sus orígenes. El Susurro del Bosque es un claro homenaje a "La leyenda del Valle Dormido", del inmortal Washington Irving. Un libro en el que una simple pasarela separa la civilización de lo oculto.

Edimater

ISBN: 9788496870017 | 105 páginas | Rústica

Ilustración David Martín Rus


Supongo que el señor Rus andará por la feria y no le importará echar una firmita a vuestros libros.











¡¡¡Os recordamos que hoy toca actualización de Tajundra!!!

By David Mateo with 14 comments

jueves, mayo 15

Esos nuevos dioses

Hay días en los que me levanto de la cama y me siento Dios. Contemplo la ciudad desde el mirador de mi villa victoriana, enclavada a las afueras del pueblo más tranquilo de Valencia, y percibo con satisfacción que la ciudad lleva horas despierta. Es lo que tiene el burgo, trabaja veinticuatro horas con jornadas de sol a sol. La profesión de ser Dios es más relajada, se reduce a poco más de dos o tres horas diarias. ¿Que esta profesión es tan chunga que los sábados y los domingos hay que ponerse el mono de trabajo? ¿Y qué más da? A cambio recibo decenas de millones de euros que dan liquidez a mis inmobiliarias, a mis empresas de publicidad y, para más inri, eleva el caché de mis derechos de imagen.

Por supuesto, la palabra profesional no va conmigo, es un mero adjetivo que queda muy bien en las ruedas de prensa, donde acuden los amigotes con los que me voy de farra noche sí y noche también. Por cierto, hablando de farra, la de anoche se fue de madre, tengo lagunas en la cabeza que no sé muy bien de dónde vienen. Es lo que tiene eso de ser un profesional… ¡¡de la noche!!; en ciudades como Valencia se vive muy bien en esos aspectos y eres poco menos que Hércules renacido de las cenizas. Todo el mundo te adora. Ahora que lo pienso… ¡¡hay dos tías en mi cama!! ¡¡Y no las conozco de nada!! Seguro que mi padre me diría que soy un machote. A mi mujer no le haría tanta gracia (como tampoco le haría mucha gracia la juerguecita que nos corrimos hace dos semanas en el viaje a Sevilla… creo recordar que entraron putas de lujo sufragadas por uno de los capullos que se creen nuestros jefes y que vienen lamiéndonos el culo cada vez que viajamos. ¿¿No estaba también esa presentadora de televisión que sale al mediodía en un programa del corazón??). ¡¡Hay que levantar la moral, chicos, que las cosas no van muy bien y no quiero veros con la cabeza gacha!! La moral no nos la levantaron, pero otras cosas sí. Hay que joderse. La morena está de vicio, pero la rubia está aun mejor. Anoche se montó una buena… creo que hubieron hostias y todo con un capullo que se acercó a darnos el sermón, lástima que no lo recuerde muy bien. Malditas lagunas. De todas formas… ¿acaso hay noche que se de mal? Valencia debe ser algo así como el Valhala de los dioses nórdicos. Buen tiempo, hermosas mujeres, gilipoyas que besan el suelo que pisas y cuatro capullos que juegan a ser nuestros jefes y cuyos cargos están a una simple patada mal dada.

¿Sabéis cómo terminaría de funcionar mi profesión de suma deidad en el mundo de los mortales? Si todos esos chiflados que vienen a vernos a trabajar se largaran al cine, o al teatro, o se quedaran en casa leyendo un libro. Si es que no saben más que dar por culo. Si haces esto… mal. Si haces lo otro… mal. Si haces lo de más allá… doblemente mal. ¡Es que no veis que no se puede tener todo en la vida! En el curro me llamáis hijo de puta, pero luego por la noche me venís a pagar las copas y a ver si podéis rascar bola con los pivones que suelen retozar con nosotros. ¡Anda que no sois infelices! ¿Es que no veis la cara de asco con que os miran? Estas tías están acostumbradas a tratar con dioses como yo, no con mequetrefes del tres al cuarto como vosotros.

Otras de las cosas buenas de mi profesión, es que eres tan famoso que te invitan allá donde vas. Cenas gratis, pases VIPS, funciones por la patilla en el cine. A la gente le mola verme entrar en su local, enseguida aumenta el caché del sitio y pueden poner las copas más caras. En ocasiones vienen con sus cámaras a retratarse con nosotros y cuando vuelves de visita, ves esa foto enmarcada en la pared más visible. Mola ver tu geta colgada por media Valencia, aunque tampoco me hacen falta esos recuerdos miserables, en la autopista hay vallas publicitarias enteras con mi cara.

En fin, que vivo muy bien… ¿para qué nos vamos a engañar? Que cuando no me tiro a Lucía, me tiro a la Susana, y mientras tanto a la mujer la tengo de compras por media Europa. Además, mi cuenta de ahorro no se resiente porque, como ya he dicho antes, me invitan en todos los sitios —desde que llegué a Valencia creo que sólo he pagado una cena y es porque me obligó el anterior jefe ya que llegué tarde al trabajo—… eso sí, que no se retrasen en ingresar la nómina porque mi cuenta corriente es un animal voraz a la hora de digerir ceros. Por lo demás, la vida me va bien: sexo, drogas y rock n’roll, que hay que ser un buen profesional. ¿Lo peor de todo? Cuando me pongo las botas y salgo al campo a darle patadas a una pelotita. ¡¡Pero qué más da… en Valencia se olvida rápido una patada mal dada!!

By David Mateo with 10 comments

miércoles, mayo 14

La moraleja de Arya


—Weese —susurró Arya aquella noche, mientras cosía el desgarrón del vestido—. Dunsen, Polliver, Raff el Dulce —siguió, un nombre con cada puntada de la aguja de hueso en la lana sin teñir—. Cosquillas y el Perro. Ser Gregor, Ser Armony, Ser Ilyn, Ser Meryn, el rey Joffrey, la reina Cersei. —Se preguntó cuánto tiempo más tendría que incluir a Weese en su plegaria, y se dejó llevar por el cansancio. Cuando se quedó dormida soñó que por la mañana, al despertarse, Weese ya habría muerto.

La escena es inolvidable. Todos hemos fantaseado con ser Arya, con contar a nuestros enemigos y guardarlos en la mente, a la espera de que suceda algo que nos permita descargar nuestra hacha vengadora. Mientras leemos Canción de Hielo y Fuego, nos compadecemos de la pequeña Arya (y de todas las desventuras que le pasan) y rezamos para que algún día se transforme, para que se convierta en esa asesina implacable que todos vemos en Jaquen H'ghar (el Hombre sin Rostro que ya asumió la identidad de Syrio Forel) y que la sangre de los asesinos resbale por el filo de Aguja.

Hay muchos que tendrían que tomar ejemplo de la moraleja de Arya. Cuidado a quién se la jugáis porque hoy podéis hacerle el caldo gordo a otro y dar la espalda a un pequeño escritor, pero la vida da muchas vueltas y estas cosas, lejos de olvidarse, escuecen el alma y las llevas dentro, muy cerca del corazón. Y aunque no enumeras cada noche la retahíla de nombres como hace Arya Stark, sí que los tienes en la cabeza, planeando como una bandada de cuervos, a la espera de que les llegue su hora.

Por suerte en la vida hay buenos compadres que aligeran el peso de Arya. Les doy las gracias a varios amigos desde este blog por su apoyo y solidaridad. Ellos ya saben quienes son. Un blog, que por cierto, se está haciendo tan popular gracias a todos vosotros, que ya recibe peticiones para insertar publicidad en los márgenes. Muchas gracias por vuestra fidelidad, amigos y compañeros de andanzas.

Volviendo al tema en cuestión, los autores tenemos una cosa que se llama INTEGRIDAD, y no nos gusta que nos tomen por tontos o nos sustituyan por la estrella mediática del momento. Que está muy bien alabar a las grandes plumas de este país, pero para ello no hace falta pisotear al que está debajo. Por otro lado, los profesionales de un sector determinado, podemos ser buenos, pero tontos no. Y eso es algo que la gente debería tener bien presente antes de incumplir su palabra.

Así que nada, la lista sigue en la cabeza y, aunque no se recita cada noche, sigue ahí presente, como un escalofrío que se niega a desaparecer del todo, a la espera de que se lleve a cabo la transformación y entonces sea el pequeño escritor el que tenga la sartén por el mango.

Por cierto, os dejo una reseña que apareció de Perversa en Scifiworld. Pinchar sobre la imagen para ir directamente a ella:


¡Os recuerdo que Perversa estará en la feria del libro de Madrid en la caseta de Estudio en Escarlata!


By David Mateo with 19 comments

martes, mayo 13

¿Cómo publico mi primera obra?


Es algo que me preguntan bastante, así que voy a dejar una entrada en mi blog y cada vez que me lo vuelvan a preguntar, suelto este enlace. Al fin y al cabo, es lo que suelo hacer cuando me preguntan cómo renovar el DNI o qué es lo que se debe de hacer cuando los municipales te tienen enfilado.

Lo primero y más importante, terminar el libro. Hay mucha gente que piensa: «tengo entre manos una obra maestra y nadie va a cometer la osadía de rechazármela, así que envío el manuscrito más un folio donde se explican las últimas cien páginas». Ejem… un consejo: casi mejor desarrolla esas cien páginas y luego te planteas enviar la novela entera. Piensa que en España hay otras ciento veinte mil personas que confían que su libro es una obra maestra y que lo van a publicar a las primeras de cambio, y encima su novela está acabada, así que no seas osado y creas que el editor, haciendo uso de su maravillosa indulgencia, va a imaginar el final del libro leyéndolo en un folio aparte. Es imperativo no dejar de escribir hasta poner la palabra FIN.

Mucha gente acude a mí en busca de opinión de la obra y amenaza con mandármela por email (¡¡¡HORROR HORROR HORROR HORROR HORROR!!!):

a) Soy escritor y soy editor de una revista llamada Historias Asombrosas, leo en la pantalla del ordenador durante quince horas diarias… ¡¡y odio leer en la pantalla del ordenador!! Lo juro por Snoopy. Os aseguro que cuando quiero corregir medianamente bien uno de mis textos lo imprimo en folios porque mi vista se adapta mejor y la corrección se vuelve más minuciosa. Por lo tanto, si imprimo mis textos porque sino no los leo… ¿creéis pusilánimes criaturillas del averno que voy a leer vuestros libros en la pantalla de un ordenador? … … (Dejo la pregunta en el aire y ya le ponéis vosotros la respuesta).

b) Si alguien le apetece que le eche un vistazo a su texto, que me lo mande en papel. Y que no se impaciente porque a servidor le mola, a parte de leer cuentos y libros de autores noveles, echarle el garfio a otras novelas que de vez en cuando se compra en las librerías y en los grandes almacenes. Así que, si alguien me manda su texto, que no me pregunte al día siguiente: ¿Lo has leído? Porque la respuesta resultará obvia.

Es muy chungo encontrar lectores de confianza al principio. Normalmente, recurres a tu padre, a tu madre, a tu hermano el listo (al tonto ni se lo propones), a los amigos que no han abierto un puto libro en toda su vida y cogen el tuyo mientras te observan con condescendencia y suspiran por lo bajo, a tu novio o a tu novia, a tu esposo o a tu esposa, a tus hijos, y si el perro también leyera, le encasquetarías la novela. ¡¡Qué le vamos a hacer!! ¡¡Es la vida!! El ochenta por cien de estas personas va a darte la palmadita en el hombro. El amigo que no ha leído un libro en su vida, si se trata de una novela de Espada y Brujería, va a decirte: «¡¡Coño, si es como El señor de los anillos!! ¡¡Pásame ya el siguiente capítulo!!», el caso es que cuando vayas por el décimo octavo o décimo noveno, dejará de leerte y pasarán largas temporadas sin que te diga nada. Entonces comenzarás a comerte el tarro: «Joder, ¿no le estará molando? ¿Tan malo soy? Pero si me decía que estaba superenganchado…». No le des más vueltas, el tío se ha ligado a alguna guiri o ha encontrado un garito donde ponen las birras más baratas y se dedica a asaltarlo, y tu novela ha pasado al vigésimo puesto en su escalafón de prioridades. ¿Y qué esperabas de un tío que no ha leído una puñetera novela en su vida?

El feedback de la familia es importante, sobre todo al principio. Pero os aseguro que a la larga no se van a tomar en serio vuestra carrera literaria, a no ser que comencéis a meter en la cuenta corriente dinero a espuertas u os convirtáis en el gemelo tenebroso de Zafón (si os convertís en Zafón, entonces experimentaréis la sensación contraria: ¡¡Pero podéis dejar de leerme de una puta vez!! … je, no he podido reprimir la coña), así que lo mejor es que rastreéis algún club de lectura, que en la madre red abundan, y comencéis a trabajar con ellos. Lo más probable es que si encuentras gente para que te lea, tú también tengas que leer el trabajo del otro. Es la ley del Talión: ojo por ojo. Así hasta que publiques el primer libro y los aficionados vengan a ti o, simplemente, encuentres a un grupo de personas que te ofrezcan su confianza y no se cansen de leerte.

Ya tienes tu libro acabado y tus críticos implacables dicen que es la obra más maravillosa que jamás han leído. Problema: es el primer libro de una saga de veintitrés volúmenes. ¿Lo envías o escribes la saga completa? Piensa un momento, recapacita… si es el uno de veintitrés, lo más seguro es que hasta el 2028 (como muy pronto), no vayas a terminarla, así que lo mejor es enviar el libro. Y si cuela… cuela. Si le interesa a la editorial, ya se pondrá solución a esa pequeña cuestión.

¿Cómo envío el libro? ¿En un archivo adjunto o en papel? ¡¡Vamos a ver, alma de Dios, si yo, que soy un simple mierdecilla en el mundo editorial, te estoy diciendo que me jode el basto tener que leer en el ordenador, ¿¿cómo osáis enviarle un archivo adjunto al Dios Todopoderoso del mundillo literario, que es el editor??!! Si hay que besar y arrastraros por el suelo que pisa. Pero no os preocupéis porque todas estas afrentas hay que apuntárselas en una agendita para que el día de mañana, cuando seáis Zafón (hoy le voy a pasar la minuta al de la sombra del viento por las veces que lo he nombrado), podáis descargar sobre los lomos de los editores el látigo de la venganza juas juas juas. Bueno… volviendo al lío, enviad siempre una copia del libro en papel a no ser que la editorial os diga lo contrario. Hay que intentar facilitarle al editor toda la faena, al fin y al cabo pretendemos que nos lean entre masas y masas ingentes de libros de autores noveles, así que actuad siempre con inteligencia.

Normalmente suele bastar con un ejemplar encuadernado con gusanillo, pero hay autores que se gastan un pastón y le ponen sus propias tapas al libro y los encuadernan como profesionales. En fín… pensad una cosa: cuanto más azúcar más dulce, al fin y al cabo se trata de destacar entre montones de manuscritos, pero que no se os vaya la hoya tampoco.

¿¿¿Tengo posibilidades de ganar el Minotauro con mi primera novela??? …. No.

Desconfiad de las editoriales que pongan mensajes en su web del estilo: «Pasamos un detallado informe editorial tras leer la novela. Nuestro servicio de lectura se volcará en su manuscrito. Le daremos mil posibilidades para publicarla.» El camino a la publicación profesional solamente tiene una dirección: el autor aporta trabajo y el editor es el que pone las perras para promocionar la obra y distribuirla. Todo lo que se salga de ese axioma, son fórmulas no profesionales y allá cada cual con lo que hace con su vida. Servidor no ha puesto, ni pondrá un solo céntimo para publicar su novela. El día que tenga que pagar para publicar dejaré de escribir. Ahora bien, esa es mi visión, el resto de los mortales pueden tener una visión diferente.

Una vez mandado tu manuscrito, toca esperar una respuesta. Os aconsejo que mandéis vuestro libro sin prejuicios a todo tipo de editoriales. Es decir, si habéis escrito una novela de ciencia ficción, no os limitéis sólo a las editoriales de género. ¡¡Enviadla incluso a las de autoauyuda!! ¿Por qué? La mente de un editor es un jeroglífico indescifrable. ¿Quién te dice que por su cabeza no está pasando el abrir un nuevo sello editorial y tu novela es el detonante que le hace decidirse? No os cortéis a la hora de enviar ejemplares. Invertid en esta parte del proceso vuestro dinero porque es la llave que os abrirá las puertas de la edición.

¿Cuánto tarda en responderte una editorial? Podría decir lo que es políticamente correcto: de 3 a 5 meses. Pero tampoco devenguéis vuestra vida a una editorial. Hay algunas que ni contestan. Suena chungo, pero es la pura y dura realidad. El escritor novel es el último eslabón de la cadena. Por delante de ti siempre estará cualquier autor cuyo nombre sea Dan, John o Matthew, los autores españoles consagrados y los currantes de la editorial. Así que, como nuestro objetivo es publicar, búscate un buen listado de editoriales y prueba suerte con todas.

Yo creo que más o menos estas son las premisas básicas. Recuerdo que una vez Domingo Santos me dijo que entrar en el mundo editorial era muy complicado, pero una vez que metes cabeza y empiezas a conocer gente, todo se vuelve más atractivo. Sea como sea, publicar un libro no es más que poner una primera pica. Tras ese libro, llegan mil preguntas incómodas. Pero eso ya es otro cantar. Ánimo con esos manuscritos, movedlos por el amplio pasto de las editoriales profesionales y mucha suerte. El bien de un nuevo autor español es el bien de todos los escritores nacionales.


By David Mateo with 29 comments

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