martes, junio 24

Salamina, de Javier Negrete

¿Qué se puede decir a estas alturas de Javi que no se haya dicho ya? ¿Que es uno de los mejores prosistas nacionales? ¿Que es uno de los tipos que mejor conoce el mundo griego? ¿Que es un contador de historias genial? A uno se le acaban los elogios de tanto repetirlos, pero es que tienen que estar ahí porque el libro los merece. Sea como sea, vamos a ir por partes.

Tras coquetear con el mundo griego, pero escribir sobre él de manera soslayada en «Alejandro y las águilas de Roma», Javi decide zambullirse de lleno en ese periodo histórico en su último libro. Para ello, nos traslada a la Antigua Grecia y construye los pilares de nuestra civilización: una Atenas que acaba de sobreponerse a una tiranía y abraza los valores que la distinguirán en un futuro, la democracia y la filosofía. Y en medio de este paisaje político surge la figura de Temístocles, un idealista con una moral muy singular que lucha por el bien de Atenas pero, inevitablemente, también lucha por alcanzar una cima política y ser un referente en la historia de toda Grecia.

Temístocles es un personaje dual que se convierte en la clave de la novela. Por un lado es un político sabio, inteligente, manipulador, incluso cruel. Por otro lado es un soldado en toda regla que no duda en coger el escudo, alzar la lanza y situarse en la primera fila de los ejércitos hoplitas mientras arenga a los más temerosos. Es un superviviente nato, aunque, a su vez sea uno de los mayores cabrones a la hora de defender sus intereses y los de Atenas. Queda una tercera virtud de Temístocles que enlaza directamente con otra de las cualidades narrativas de Javier: nuestro héroe es un imán para las mujeres. No hay griega que no se abra de piernas ante el magnetismo de este individuo. Y es que los políticos tienen una vena erótica que los destaca entre la masa gris de nuestra sociedad, y si no que se lo pregunten a Aznar o a Fraga.

La novela nos describe con todo detalle las Guerras Médicas, desde la primera incursión de Darío el Grande y su derrota en Maratón, hasta la segunda campaña de Jerjes, con la batalla en Termópilas y la grandiosa refriega naval en Salamina. Es un retrato histórico exquisito y ameno. Javier no se conforma con ofrecernos la visión de los griegos, sino que salta de bando y a través de una belicosa amazona llamada Artemisia, reina de la sometida Halicarnaso, nos muestra la grandeza de un imperio que dominaba el mundo desde los tiempos de Ciro y que, en absoluto, eran los bárbaros que algunos nos han hecho ver.

La novela en sí nos describe el instinto de supervivencia de un pueblo que está condenado a su sometimiento por el imperio más grande de la antigüedad. Y, una vez más, las virtudes de Javi salen a relucir desde la primera página. Puedo decir sin equivocarme que las primeras 275 páginas son épica pura. Desde la dramática caída de Eretria hasta la sangrienta batalla en las playas de Maratón, el autor no nos concede ni un solo segundo de tregua. En estas 275 páginas Javi demuestra porque es el mejor prosista épico de nuestra época y porque está llamado convertirse en uno de los mayores escritores de nuestro tiempo (y el que no lo quiera ver a estas alturas o está ciego o simplemente no le interesa). Casi trescientas páginas trepidantes en las que nos metemos en el pellejo de un grupo de refugiados que tratan de huir de una ciudad que está al borde de la destrucción, asistimos en primera persona a la carga de la caballería persa contra un reducido grupo de griegos que trata de proteger a sus familias y, lo más impactante, nos metemos en el yelmo de un hoplita y, mientras empinamos la lanza, vemos en el horizonte una borrasca de persas que amenaza con convertir en ruinas y cenizas nuestro mundo. Creo que leí la primera batalla de Javi en «El espíritu del mago», desde entonces ha ido a más y a estas alturas sólo pueden compararse a las de Bernard Cornwell o Steven Pressfield.

A destacar en la novela la figura de Jerjes, la antítesis de Temístocles y de todo lo que éste significa. Jerjes es un animal con instinto de dominio. Tan sediento de poder como su padre Darío, pero el doble de ambicioso y obcecado. Por supuesto, se aleja del mito de los 300 de Miller —¡¡impagable el momento 300 en la tienda de Jerjes!!— y se muestra como un verdadero semidios en vida, intocable y casi sobrenatural, pero sobre todo humano. Entre el propio Jerjes y Artemisia se producen las escenas más «intensas» de la novela.

Y es que las mujeres son el motor interno del libro; por un lado Apolonia, refugiada de la denostada Eretria, llega a Atenas como la favorita de Temístocles y rápidamente se destapa como una mujer fiel —a pesar de que Temístocles la mantiene como su amante y es Arquipa, la esposa del ateniense, la que se lleva el reconocimiento del pueblo—, conservadora y protectora de sus hijos. Y por otro lado Artemisia, que representa el espíritu de la contienda. Su sed de poder la lleva hasta el trono de Halicarnaso y al mismo lecho de Jerjes en Babilonia, ama a su hijo, pero no acepta su rol de madre. Es una amazona con instintos ferales que no duda a la hora de calmar su lívido con cuantos hombres haga falta y se obstina en situarse en las primeras filas de los hoplitas que sirven al Gran Rey de Reyes.

Como toda novela histórica que se precie, destaca una recua de personajes secundarios que da profundidad a la trama: desde Milcíades —general de los ejércitos atenienses— y su hijo Cimón, a Leónidas, Segundo Rey de Esparta y talón de Aquiles de Jerjes en el famoso paso de las Termópilas. Por supuesto, el enfrentamiento de intereses entre una Esparta tradicional y absolutista y una Atenas demócrata y liberal sale a relucir en el libro. También merece especial hincapié la obsesión de Temístocles, descendiente de una familia de mercaderes, por convertir a Atenas en una potencia naval que, a su vez, desembocará en la sangrienta batalla de Salamina.

Esta es la propuesta de Javier Negrete para este año: Salamina. Un tocho de casi 600 páginas que nos abre las puertas a la Antigua Grecia, cuna de la civilización, y nos adentra en un recorrido épico por las principales contiendas entre atenienses, espartanos y persas. Y sobre todo ello, el violento encuentro entre dos formas de pensar antagónicas: el totalitarismo de Jerjes y el racionalismo de Temístocles, dos figuras relevantes en la cuna de nuestra Historia que determinarán el futuro del mundo moderno. Ya se habla de que el siguiente libro de Javi versará entre el conflicto de Atenas y Esparta (¿alguien lo dudaba?) o quizás será la segunda parte de la tan ansiada Tramorea. Francamente, a mí me da igual. Mientras Javier Negrete siga dejándonos perlas tan emocionantes como Salamina… ¿qué más da el cómo y el dónde?

By David Mateo with 14 comments

14 comentarios:

Javier Negrete es de lo mejor que tenemos actualmente. Con cada una de sus novelas me maravillo aún más, y lo mejor está por venir, pues Javier es joven y disfruta escribiendo.

Salamina es una novela histórica en toda regla, el conocimiento que tiene Javier de esa época y su documentación avalan cualquier duda. Los que busquen épica la tienen en buenas dosis, hay excelentes personajes, y la historia es muy atractiva y engancha muy pronto al lector.

¡Compren Salamina! :)

¡¡Ese peazoooooo de Negretista!!

Vaya! Que casualidad. Precisamente el domingo mi novia me compró Salamina. Despues de leer esta entrada estoy deseando terminarme Dragon de Clive Cussler para meterle mano al de Javier Negrete. De Javi he leido la Espada de Fuego y el Espiritu del mago y son casi como libros de cabecera. En cuanto acabe con el tocho del ibros que tengo para leer me agenciare Señores del Olimpo y las Aguilas de Alejandro. Uff, voy a tener que buscarme un curro nuevo, por que entre David, Javier y Cussler estoy arruinado.

Espero que algunos ejemplares de esta obra puedan cruzar el charco.

Estoy leyendo "Salamina", y por ahora estoy encontrando tres de las cosas que más me gustan en una novela: épica, personajes interesantes y un lenguaje nada pesado.

Además, Negrete nos cuenta la historia por boca de los personajes y a través de sus vivencias. No se para en discursos farragosos, ni en descripciones inacabables, ni en darnos lecciones de Historia de la Antigua Grecia, sino que vamos descubriendo los entresijos políticos a medida que el relato lo va exigiendo.

Creo que fue Darío, un amigo de Sevilla, el que me dijo hace poco que Javier tenía una capacidad tremenda para conseguir que cada frase fluyera con la siguiente con naturalidad, como si tuviese que ser esa frase exacta y no otra la que encajase ahí. Y es verdad. Convertir en fácil lo difícil es la tarea más complicada de un escritor y Javier es que escribe de la hostia.
Cuando el lenguaje fluye bien en un libro y no te atascas, el autor ya puede contarte la mayor batallita de nuestra historia o las complejidades de Góngora, que lo vas a digerir como si fuera la palabra de Dios.

Opino lo mismo que los demás de Negrete y me alegro por el salto que está dando para llegar a la literatura mayoritaria, porque como escritor se lo merece.

Me queda pendiente por pillarme la de Alejandro y Salamina ya estoy dejando caer que me la traigan para mi cumpleaños (y eso que quedan dos meses).

Seguro que no me defrauda.

Sigue en mi lista de pendientes pero ahi está, en primera línea de fuego. Si no está ya en mis manos es por puro tema económico pero lo estará, lo bueno se hace esperar y yo tengo mucha paciencia.
Me encanta como escribe Negrete y me gusta aprender de los mejores. Espero que llegue muuuuy lejos.

Estoy terminando Salamina, y la verdad... es Negrete en estado puro. Lo mejor que puede decirse de esta novela es que engancha al lector con garfios de acero y no lo suelta. Y con una prosa de auténtico lujo, sin concesiones y con un rigor despampanante. Es un placer leer novelas así, me dará mucha pena terminarla, aunque tendrá continuación :-)

Bien por Javier...

Toda novela histórica tiene continuación... hasta el Apocalipsis :))

Vale, pues hablando de Salamina.

Una cosa que no aguanto de las novelas históricas es la mixtificacion de los valores morales de la antigüedad. Se tiende a recrear el marco histórico pero no el mental, que es realmente más importante, manteniendo al héroe en un plano filosófico como si fuera un ciudadano del siglo XX. ¿Como soluciona Negrete esta cuestión? Si me convencéis, me lo compro.

No sé si has leído algo de Javier. Los personajes de Javi se alejan del arquetipo filosófico y fundamentalista de la época y se comportan de forma humana, sin entrar en anacronismos, pero tampoco en un barroquismo pesado. Se nota que el autor procede de la literatura fantástica y sabe recrear personalidades complejas, duales, apasionadas, heroicas, etc etc... sin perder de vista la perspectiva histórica.
No son trozos de plomo que juegan en favor de la historia, sino que es la historia la que juega en favor de los personajes. Eso es lo que más me agrada de Javier Negrete como escritor.
Intenta hacerte antes con la novela a través de una biblio, le echas una ojeada y decide, ya que Javier tiene un estilo muy particular a la hora de jugar con sus personajes que no concuerda con el arquetipo habitual de escritor de novela histórica.

Gracias. No, no he leído nada de Negrete, auqnue comparto la intuición de que en absoluto es el "tipico" escritor de novelas de romanos.
Comprarlo y echarle una ojeada en verano. Esa es la idea. Si no me gusta, estoy seguro que habrá familia que le encantará. No caben dudas de la solvencia de Negrete.

Pues leed "La mirada de las furias". si te gusta la ciencia ficcion te encantara; si te gusta la filosofia, aqui hay para pensar tela... De lo mejor que he leido.

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