viernes, julio 17

No lo veo nada claro

Últimamente, desde mi entorno, llegan demasiadas malas vibraciones sobre el género fantástico. Es como si una época de bonanza (bonanza jaaaaaa) estuviera dando sus últimos coletazos y nos encontrásemos ante un futuro realmente incierto. Desde la Semana Negra me llegan noticias preocupantes: el género fantástico se mece en una cuerda floja. Me atrevería a decir, según fuentes de confianza, que dos editoriales (una pequeña y otra más grande) son golpeadas con violencia por la crisis económica y amenazan con echar la persiana (ojala que no). Las liquidaciones de las editoriales a sus autores se demoran y se demoran. El escritor novel cada vez tiene más problemas para colocar sus obras, o al menos tiene el doble de problemas que tenía hace un par de años, cuando había un abanico de editoriales más amplio. Y a todo ello hay que sumar un futuro editorial incierto, muy marcado por la irrupción del libro electrónico y sus posibles repercusiones en un mercado ya muy maltratado.
Las cifras de tiradas de libros, adelantos a autores y liquidaciones se han constreñido de manera alarmante. Obviamente, en un nicho donde cada vez hay menos dinero y donde los gustos del lector chocan frontalmente con el ideal establecido por las editoriales de género, provoca la escasez económica. Por supuesto, donde no hay dinero, no hay negocio. Y si existiese una pequeña porción de negocio, esa porción ya está más que copada. La tarta está muy repartida y no hay espacio para más (a no ser que llegues con una propuesta escandalosamente escandalosa, que diría el presidente del Valencia).
Con todo esto tampoco quiero decir que sea imposible publicar. Los géneros nunca mueren y siempre habrá autores nacionales empeñados en seguir trabajándolo (espero ser uno de ellos), pero no lo van a tener nada fácil. Aunque lo cierto es que el oficio de escritor nunca ha sido fácil.
Sea como sea, hay una esperanza en el horizonte. Las editoriales españolas, lo quieran o no, cada vez van a ser más dependientes de la especie autóctona. La evolución digital va a provocar que los grandes grupos internacionales gestionen su producto para la mayor parte del mundo (y el mercado hispano es lo suficientemente atractivo como para que esos mismos grupos editoriales lo dejen en manos ‘ajenas’). Si algo tiene de bueno Internet, es que es una gran red global al alcance de todos. Así que si los derechos de los autores internacionales se tramitan desde el extranjero, lo lógico es que las editoriales españolas desaparezcan o no tengan más remedio que recurrir al producto nacional.
Sea como sea, todo esto no son más que hipótesis y especulaciones sobre un futuro cada vez más incierto. La única verdad es que los augurios que años y meses atrás muchos vertíamos sobre la defunción del género, cada vez son más palpables. El género está mutando y ya no se parece en nada a cómo era cuando yo llegué a este mundillo hace seis o siete años. Obras que antes tenían cabida ahora ya no la tienen. La crisis que padecemos todas las familias restringe el ocio y la manera de divertirnos. La fantasía cada vez reside más en los libros juveniles, donde verdaderamente hay negocio, y se esfuma de los libros adultos. La gente se está cansando del pulp, del space opera, de las dragonadas o incluso del terror descabellado. Sólo quiere fantasía realista, cercana a la realidad cotidiana; fantasía que se puede tocar y se puede paladear. Todo lo que no vaya por ese camino tendrá serios problemas para convertirse en un producto comercial, y ya sabemos de sobra lo que pasa cuando algo no es comercial.
En fin, que seguimos luchando, seguimos en la trinchera y seguimos pegando tiros. ¿Hasta cuándo? Sólo Dios lo sabe.

By David Mateo with 12 comments

12 comentarios:

Los suecos escriben novelas policiacas, los americanos thrillers, los ingleses fantasía... ¿Y los españoles? ¿se nos identifica con algún género?

Los libros sobre corridas de toros.

Últimamente en España lo que se nos da muy bien hacer son libros escritos por periodistas de la prensa rosa.

Joer, las novelas sobre la guerra civil, en la guerra civil, antes de la guerra civil, despues de la guerra civil y como consecuencia de la guerra civil. Un subgénero estupendo.
También está el del retorno al pueblo y la busqueda de las raices perddas en... la guerra civil :)

David, ¿mañana hay kdd?

Se sigue trabajando, ni modo. La verdad, desde que se está "matando" el libro, éste no ha hecho otra cosa que crecer. Y si las editoriales lograron sobrevivir la Gran Depresión, las guerras mundiales y la posguerra, ¿por qué no van a sobrevivir una recesión que pronto acabará? El que no se adapta, se muere (ley implacable de selección natural). Eso es lo que han hecho los seres humanos en su vida social y lo siguen haciendo. ¡Hasta General Motors se niega a morir! (y yo que la daba por enterrada).
El género fantástico nunca ha sido el pináculo del éxito editorial, pero no creo que vaya a morir ni ahora ni en el futuro. En el fondo, la gente adulta (incluso la más adulta) necesita seguir creyendo un poco en la magia para poder seguir viviendo. Lo que ocurre es que la forma en que la asimilan varía con el tiempo y los libros que se escriben también tendrán que variar.

Javier, hay quedada, pero a partir de las 19:30 en la Fnac.

Laura, en realidad, cuando hablo de la crisis del género, no me refiero a la defunción del género en sí, sino a las posibilidades que tiene un escritor nacional para publicar fantasía y poder labrarse una carrera dentro del género. Obviamente el género nunca va a desaparecer de las estanterías. Los géneros no mueren, perduran en el tiempo, sean más o menos marginales. Además, el género tiene nombres propios dentro del circuito menos comercial, y auténticos correcaminos que arrasan en la literatura comercial. La cuestión es: ¿dónde nos sitúa a nosotros, pequeños escritores españoles, la situación actual de mercado? A eso me refiero en la entrada.

¿se puede saber qué editoriales son las más afectadas?. Por otro lado, según los editores el incremento de ventas de libros ha aumentado. ¿el de la fantasía no?.
Mazarbul

No puedo decir nada más, Mazarbul. Comprende que lo que hoy es negro, mañana puede ser blanco. Y ójala sea blanco y la suerte siga sonriendo a todas las editoriales de género. Sería lo mejor para los escritores.
Respecto al incremento de ventas, la lectura que hago es que cada vez se venden más libros, pero de unos títulos muy concretos y que todos tenemos en la cabeza. El resto a la picota.

Es cierto, nos venden lo que quieren que leamos y lo bueno es que picamos.
Hay mucho escritor bueno desconocido para la mayoria del público lector, di cuenta de ello en la feria de Moncofar.
Lo que si que veo muerto es el genero de la poesía, que era lo que yo hacía hasta ahora...
Estoy metido en un proyecto de literatura fantástica, intentando renovar un poco el concepto. A ver que tal me sale y como se portan las editoriales, jejeje, ya os contare.
Saludetes David. Echo de menos esos dias en los cuales tanto aprendí de vosotros, sobre todo de humildad.

Oyes, pues cuando nos volvamos a ver en Moncofa me tienes que llevar ese libro. No soy un gran lector de poesía, pero de fantasía...

Encontrar fantasía buena es todo un logro, y salvo los grandes nombres no encuentras casi nada. Al menos donde vivo yo. En este país si queremos fantasía nos tenemos que conformar con historias banales tipo Crepúsculo, Academia de vampiros, y libros de ese estilo. Parece que han encontrado un filón es ese tipo de libro y la FANTASÍA con letras mayúscula la han relegado. Espero que sea un moda y que con el tiempo todo se normalice.

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