lunes, agosto 31

Subway letteratura

Si algo tiene de bueno Roma, y supongo que Italia en general, es su predilección por el producto autóctono. En el viaje que hicimos en julio a Roma no es que nos diera tiempo a ver mucho la tele, pero cuando nos dejábamos caer por el hotel y encendíamos la caja tonta, uno podía pasar canales y canales y, lejos de encontrar películas yanquis y series norteamericanas, se veía mucha producción propia. Mala, muy mala, eso sí, pero parece que los italianos tienen muy claro que lo suyo antes que lo demás.
¿Y respecto a los libros qué? Tampoco es que viéramos muchas librerías en Roma, no nos dedicamos a buscarlas, pero las que encontramos de pasada impresionaban bastante. La de Términi era enorme y bajando por Vía del Corso, dejando atrás la Plaza del Pueblo, se alzaba la todopoderosa Random House. Dos pisos atestados de libros que te ponían los pelos como escarpias.
Por supuesto, allí también «Uomini che odiano le donne», «La ragazza che giocava con il fuoco» o «L'ospite» ocupaban los puestos más destacados del escaparate, pero, una vez más, la producción propia tenía un lugar muy importante entre los principales best-sellers norteamericanos, como si allí las editoriales italianas no renunciaran a lo suyo para dejarse avasallar por lo que viene de fuera.

Aunque lo mejor de todo era la subway-letteratura, es decir, la literatura del metro. En muchas de las paradas había un panel en el que se amontonaban cantidad de pequeños libritos de no más de doce páginas, impresos en papel de periódico, compuestos por un prólogo escrito por un autor mediático y el primer capítulo del libro seleccionado. Una maravilla al alcance de todo el mundo que impulsa la literatura nacional. Por supuesto, en Valencia, y supongo que en Madrid y Barcelona, estaremos a años luz de semejantes iniciativas. En Valencia, el gobierno de Camps ha olvidado completamente lo que es hacer un acto promocional del mundo de la cultura y de los libros. La feria de Valencia, la de Viveros, pende de un hilo por los continuos retrasos en los pagos que adeuda la Generalitat Valenciana y la Feria del Libro Antiguo de marzo supongo que se sostendrá por la ausencia de autores y porque le sale rentable al Gremio de Libreros de Viejo que la sostiene.
El caso es que en España, la literatura de metro no existe, ni existirá. El producto autóctono cada vez está más castigado y solamente levantan cabeza los cuatro escritores que se dedican a alternar la literatura con el periodismo, los famosillos y los autores de toda la vida. No existe promoción. No hay ayudas por parte del gobierno para promocionar la literatura nacional y llevarla a la calle, de ese modo seguiremos siendo toda la vida un país de gente que profesa animadversión hacia los libros y solamente conoceremos a los cuatro yanquis que los agentes literarios les imponen a las editoriales y que copan los escaparates de las librerías.
Hay cosas que hacen a Europa diferente, más plural y, sobre todo, más cultural. España todavía tiene mucho que aprender en ese sentido.


Colección de libritos que el tete se trajo de Roma

By David Mateo with 4 comments

4 comentarios:

¿No preguntaste por los libros de Juanmi Aguilera?

Es que no llegué a entrar. Íbamos a escape, pues unas vacaciones cortas en Roma dan para lo que dan.

Esto te va a encantar...
http://www.elpais.com/articulo/economia/Disney/compra/Marvel/2800/millones/elpepueco/20090831elpepueco_7/Tes

Un saludín

Sí, lo he leído ya por alguna web.
A ver si Pixar hace alguna película de Spiderman o algo... estaría guay. Y de paso, algun tío listo de Disney le pega una patada a Quesada.
Francamente, la filosofía Disney nunca me ha gusta (lo único bueno que tiene es Pixar y estuvo a punto de perderlo), pero las cosas van a ponerse interesante cuando veamos un Lobezno vs Pluto.

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