martes, febrero 23

Antes y ahora

Cuando llegué a este mundillo, hará cosa de siete u ocho años (ya ni lo recuerdo), se vivía una especie de boom literario por el cuento. Había unas cuantas revistas donde era factible publicar: Galaxia, Asimov, Artifex, Sable, Gigamesh, Solaris, El melocotón mecánico… También había unas cuantas webs, que todavía siguen dando guerra, que se dedicaban al cuento (en el buen sentido de la palabra): Axxon, Tauzero, Aurorabitzine, Alfa Eridiani y alguna más que seguro se me escapa. El caso es que existía la falsa percepción de que si publicabas muchos cuentos, acababas siendo conocido en el mundillo y, con un poco de suerte, alguna editorial grande acabaría fichándote y publicando con ellos.
Por supuesto, era un espejismo tramposo. Con el tiempo, uno se ha dado cuenta de que ninguna de aquellas editoriales estaba por la labor de publicar a autores españoles, salvo los que ya estaban consagrados y garantizaban un número mínimo de lectores. Que aquellos editores en lo único que estaban interesados era en publicar autores extranjeros que no conocía ni su madre, simplemente porque los lectores españoles querían leer cosas exóticas y renunciaban a lo nuestro. Que podías llegar a meter dos mil relatos en tu currículum, darte la mano con un editor en la Hispacon de turno, pero la relación no pasaba de una sonrisa falsa. Vivíamos una mentira y todos jugábamos a vivirla.
Por suerte, aquellos tiempos pasaron. Cyberdark y Sedice contribuyeron a que el mercado dejara atrás los rancios tiempos en donde las moquetas estaban enmohecidas y trajeron nuevos lectores al fantástico. Insuficientes lectores, pero al menos nuevos lectores. Hay quien todavía se deja llevar por los cuatro voceras que se creen que el mundo literario es un tablero del estratego y mueven sus fichas como rancios generales de la posguerra. Por suerte, los ventanales de la estancia se han abierto de par en par y el cuarto huele a limpio. Han surgido y prosperado nuevas editoriales que DE VERDAD apoyan al autor español, editores que tienen que echar horas extras en otros trabajos para poder seguir dándole oportunidades a nuestros escritores, pequeñas empresas que se han quitado los complejos de encima y conscientes de que los autores nacionales no son perfectos (porque no ha existido una tradición real en ese sentido), nos ofrecen sus libros y podemos leerlos.
Antes de la crisis había posibilidades reales de crecimiento. Y no estoy hablando de la palmadita en la espalda y la sonrisa falsa del editor en la Hispacon. Me consta que los editores estaban dispuestos a firmar contratos interesantes con autores noveles que estaban llevando una carrera literaria constante en pequeñas editoriales. Por desgracia, la crisis económica ha roto todos los planes de crecimiento de muchísimas empresas y esas posibilidades no terminaron de cristalizar o, al menos, quedaron congeladas en el fondo del cajón de los recuerdos. Y aun así, los pequeños editores siguen luchando por publicar a nuevos autores, siguen poniendo ilusión en sus proyectos y siguen peleándose por promocionar un mísero libro en un lecho que no llega ni al millar de fieles. A uno se le cae el alma cuando recuerda lo que había hace siete años y lee ciertas cosas en ciertas webs. Comparar la producción de una editorial pequeña, que suda sangre para sacar sus diez o quince novelas al año, con sacos de estiércol retrata la incapacidad mental de algunos paletos que no tienen ni puta idea de cómo funciona este mundillo. Descalificar el trabajo de un autor español que ha puesto toda su ilusión en un libro, por muy modesto o simple que sea, y llamarlo analfabeto o limitado me parece de auténticos borregos.
Si a mí nadie me hubiera publicado ‘Nicho de reyes’, como pasó hace siete u ocho años, no habría aprendido a escribir. Es mentira que uno prospera escribiendo como un pollo sin cabeza. Uno prospera publicando, equivocándose, dejando que los lectores —los lectores que verdaderamente sienten interés por la literatura nacional— le rompan la cara a guantazos con sus críticas, publicando un segundo libro y recibiendo más críticas, y también mejorando, puliendo el estilo, desechando todos sus miedos y sus fobias… y así sucesivamente. Cuando tú te dedicas a escribir manuscritos y los vas almacenando en el cajón uno tras otro, lo único que consigues a la larga es acabar desmoralizado, mandarlo todo a la mierda, buscar una novia o una amante que te de cariño y dedicarte a darle gusto al cuerpo (que a la larga siempre va a ser más placentero que escribir fantasía). El oficio de escritor solo se aprende aporreando letras, y ganando ilusión, y poniendo libros encima de la mesa (peores o mejores) y llamando a muchas puertas para enseñar el currículo (pero un currículo de los de verdad, no de los de antes que se creaba a base de publicar cuentos en fanzines que ya ni existen) y ganando lectores con cada gota de sudor que te dejas en un viaje, en una presentación o en una mesa redonda.
La situación actual de la literatura fantástica podría calificarse de enferma: no hay lectores, no hay dinero, así que no hay beneficios. Pero aun así, con todo lo malo, prefiero la situación de hoy a la situación que había hace seis años, cuando yo llegué. Hoy, al menos, publica quien escribe. Hay vida más allá del circuito reducido de lectores de fantástico y, sin renunciar a ellos, puedes buscar tu público lector en otros mundillos distintos. Los voceras, seguidos de sus sectarios, viven recluidos en sus nichos de conservadurismo y que allí sigan por mucho tiempo. El género fantástico lo que menos necesita son incautos que promuevan el no publicar a autores españoles. El género fantástico lo que menos necesita es una imagen clasista y facha. El género fantástico necesita un rostro divertido, un rostro ilusionante, un rostro que sepa convivir con la Dragonlance, con Tramorea, con Arialkanda, con Mundo Disco o con las enrevesadas historias de Greg Eggan. El género fantástico necesita de gente que sepa aproximarse a un lector exigente y a un chaval de catorce años ansioso por probar nuevas experiencias.
El fantástico lo que menos necesita es mirar atrás y más mirar adelante… porque cuando yo llegué a este mundillo, no se publicaba. Hoy, gracias a Dios, sí.

By David Mateo with 32 comments

32 comentarios:

Eres muy duro con el pobre del follonero. Yo no voy a defender lo que han escrito pero sí a quien lo ha escrito. La idea del follonero es suscitar debates y generar polémicas asumiendo, a menudo posturas incómodas. Es comprensible, e inevitable si quieres, que los autores se apoyen los unos a los otros. Pienso que es lo correcto. Pero si no queremos convertirnos en una mutualidad de socorro mutuo debemos, no sólo aceptar sino fomentar toda suerte de debates de la cítica, de los lectores, de los fandoms y no fandoms. De tocristo.

Ya sabes, que hablen de ti ni que sea mal...

Hay algo del artículo en cuestión sobre lo que no estoy de acuerdo: Lo de que los escritores de fantasía no tenemos lectores fuera del mundillo. Yo tengo dos: mi padre (aunque que ya se va cansando) y un amigo mío que hay por ahí.

Quien tiene que decidir la calidad de lo que publica es el editor. Eso va a misa.

Lo que no se puede es estar en misa y repicando, aplicar el tercer grado a los demás y no a uno mismo, porque podría parecer que lo que no se quiere es competencia.

Nadie nace aprendío, y este oficio, que es una carrera de resistencia, tiene que empezar por alguna parte.

El fandom del género nunca acepta lo nuevo. NUNCA. Tienen que pasar años para que se medio respete un producto del género patrio. Pero a esas horas, por desgracia, mangas verdes...

Entonces te acusan de haberte pasado a otros géneros, o se lamentan de que ya no sigas escribiendo.

Lo mismo, ay, cuando la red se llena de críticas de tus libros... a toro pasado, cuando se han comprado de saldo.

No conozco al follonero ni me importa saber quién es. Y en absoluto me da lástima un tipo que compara la literatura nacional con un saco de estiercol, me parece una comparación denigrante, soez y desacertada. Francamente, todo el rollito crítico, según los sectores de donde venga, me cansa, me harta y me supera, como a otros muchos autores que callan y padecieron en su día las singularidades de estas personas. Para mí ciertas posturas derivan de un pasado anquilosado que ójala no se repita. Porque si se repitiese, querido Sim, tu JAMÁS publicarías. Te lo dice alguien que vivió ese tiempo y sabe lo que hay.

El domingo, sin ir más lejos, Carlos Salem dijo en Radio 5 que su blog estaba abierto para sus amigos y para los autores que aprecia y hacen trabajos admirables. ¡Con dos cojones, Carlos! Yo no creo en la crítica literaria del fantástico. Me parece que es tan inmadura e interesada como pueden ser los escritores. Me parece que mucha de ella da la espalda a los libros que consideran inmaduros y tienden hacia el gafapasterismo. En lo que sí que creo fervientemente es en algunos críticos, porque me han mostrado su honestidad, su falta de prejuicios y otros valores que les permite realizar juicios modélicos.

Yo no me voy a poner JAMÁS en el papel de un crítico. No me interesa. No quiero valorar el trabajo de otro escritor, a no ser que sea para sacar sus virtudes. Yo sé lo que cuesta escribir cada página de un libro y lo mucho que sufres para terminarlo. Y ese libro puede ser mejor o peor (dice un crítico de cine que en cuanto una película tiene un fan incondicional ya estamos hablando de una película que suscita interés), pero es un libro escrito por un compañero y para mí tiene un valor incalculable.

Rafa tiene toda la razón, muchos de los que vivieron del cuento ahora se dedican a menospreciar el trabajo de otros. Y ojo, respeto muchísimo a los escritores de cuentos, porque me parece un ejercicio literario complicadísimo.
Pero me hace mucha gracia ver que los tíos que hace diez años vivían muy bien y eran grandes escritores con miles de cuentos en el currículum, la mayoría de las veces apesebrados por mecenas, son los que ahora llaman ignorantes a los nuevos escritores.
Es que es algo que me supera y no puedo con ello. La falta de respeto entre los escritores.
España es un país inmaduro en el terreno del fantástico y debe crecer mucho antes de que empecemos a poner fronteras al mar. Y si queremos que esto prospere, tienen que seguir saliendo nombres de desconocidos con la voluntad de escribir y de hacer cosas en el fantástico. Si volvemos a las andadas y solo vemos nombres extranjeros en las solapas de los libros, tal como promulgan muchos, los mayores culpables seremos los autores por apoyar posturas antidiluvianas.
Miremos el pasado para aprender de nuestros errores y crear un futuro mejor.

Cuando los libros dejan de ser divertidos, la lectura pierde gran parte de su interés.
No solo puede haber libros para intelectuales y es algo que se percibe hoy en el circuito comercial.
Suerte con Heredero.

Yo creo que cuando has puesto tu nombre en la cubierta de un libro te mereces escuchar todo lo que te quieran decir por ello. Debes ser capaz de encajar cualquier crítica. Todas son buenas y necesarias, estén argumentadas o no. Las mejores y más interesantes son las que provienen de otros autores.

Como contraparte, cuando inviertes tu tiempo y tu dinero en leer algo, adquieres el derecho y el deber de entrar a valorarlo. El juicio lo haces ineludiblemente de puertas adentro y, de puertas afuera, bien harías en compartirlo con los demás. Así funcionan los escenarios sanos.

La crítica, por burra que sea, siempre es buena y lo valiente es no eludirla jamás.

¿No crees?

Una crítica no argumentada ni siquiera es opinión: es chisme.

Un escritor tarda años en escribir un libro; necesita unas herramientas, unas vivencias, una inversión de tiempo. ¿Qué tarda un don nadie que se ha autocalificado de crítico en publicar su chorradita en cualquier parte con ínfulas?

Claro que tiene que existir la crítica. Pero si no todo el mundo vale para escritor, menos gente vale para crítico. El crítico tiene que ver lo que la gente de a pie no ve, lo que a veces ni siquiera el escritor ve. No dejarse guiar por colegueos y por fobias, por ensalzar a unos autores porque son de su pueblo o de su camarilla.

Y, desde luego, si vas a dedicarte a la crítica, mejor hacerlo con tu nombre, y no con un pseudónimo que está declarando a gritos las ganas de buscar bronca.

Es verdad lo que cuenta Rafa, a veces la crítica se convierte en arma arrojadiza para aguarle el día o directamente zanjar deudas pendientes de tiempos remotos. Tan cierto como que a menudo los escritores buscamos afinidad con el mundillo porque necesitamos prescriptores que nos visualicen. Como acepto lo segundo acepto lo primero. En fin, es lo que hay. El mundo es así.

De todos modos, mi experiencia personal es que el personal es bastante piadoso con los primerizos (como debe ser y como regla general con excepciones).

El problema de todo esto es donde sitúas el parámetro calidad. Visto desde dentro, calidad es cumplir unas expectativas, sea de una lectora que sólo quiere leer novelillas de amor y lujo, sea que escribas para expertos en lógica de campos. Literariamente, ya es más complejo este asunto. A mi realmente lo que me priva (o debería de privarme) es lo primero, pero un feed-back opinativo con el público (bueno, malo, mejor argumentado o peor) resulta un factor de mejora del copón.

Caray!! creo que me he perdido algo. ¿Quién es el follonero ese? No he leído el artículo en cuestión, pero por lo que dices estoy contigo. Dices verdades como puños, David, tu experiencia llevas a cuestas...
Yo por mi parte he hablado de esto con Raúl Gonzalvez y algún copañero de profesión y... pues sí, que si te llamas Sánchez no es lo mismo que si eres McLoud. ¿Por qué? ¿Por qué una novela sobre la soledad de una mujer durante la guerra fría en Varsovia tiene más tirada y posibilidades que una novela de género? ¿Por qué una es "seria" y la otra "paniños"? La buena literatura no está reñida con géneros, eso se puede y se debe demostrar (pa eso estamos aquí), pero en este país hay una corriente agilipollante que pretende pasar la forma por el contenido, y van en uno y otro sentido.
Buf! Pues no queda lucha para librarnos de tal prejuicio y comenzar a tratar con respeto a los otros. Le ha costado al comic frente a la sociedad. Ahora le toca a la literatura fantástica frente a muchos editores y críticos, y después el público (O al revés)

Como dice Rafa, este mundillo no empieza antes de ayer, Emilio. Aquí ha habido mucha historia previa.
La crítica es buena, yo mismo digo que creo en ciertos críticos, en muchos críticos, pero en otros... nastic de plastic.
Y luego está mi posición personal que me incita a no criticar a un compañero, a no ser que sea de manera personal. Cada cual elige en un momento dado ser escritor o crítico.

Para mí la frase más coherente es la de Rafa:

Pero si no todo el mundo vale para escritor, menos gente vale para crítico.

Una verdad como un templo.

Yo estoy flipando. No entiendo de qué se habla (creo que falta bastante contexto, David). Por un lado hacer y recibir crítica es algo sano, aunque sea duro, por otro lado la crítica no debería caer en el descrédito personal ni social fruto de manías y problemas de entendederas del propio crítico. Vale. Pero sin contexto uno no se entera :-(

Para dar contexto: la entrada de David hace referencia a un artículo aparecido en Literatura Prospectiva la semana pasada. Leélo allí y te enterarás de qué va todo.

Por mi parte, como autor primerizo, con una novela publicada, no contesté por allí, porque lo único que se me ocurrían eran barbaridades.

Lo que sí diré es que, si ese artículo se ha escrito en aras de fomentar "el debate", lo único que ha conseguido es fomentar el cabreo y dividir, que es precisamente lo que no necesitamos.

Creo que no hace falta mucho contexto, Uwe, cuando estableces una comparación entre novelas de autores primerizos con estiércol. Eso califica al 'crítico'.
Y sí, tengo muchos amigos críticos y algunos amigos dentro de literatura prospectiva, entre ellos Sim o Mariano Villarreal. La crítica es necesaria y te curte, e incluso de vez en cuando (COMO HE DICHO EN LA ENTRADA) son necesarias unas cuantas leches para despertar (HAY QUE LEERLO TODO).
Pero tan necesarias son las leches, como que una editorial te de una primera, una segunda o una tercera oportunidad. Como ha dicho Rafa Marín, sólo la publicación curte al escritor.
Lo que no puede ser es lo que había antes: nada. Ni noveles, ni leches. Sí que había autores de los que he aprendido muchísimo, como Rafa, Arsenal, Domingo Santos, Rodolfo Martínez, Juanmi, Pallarés o Negrete. Pero no había figuras emergentes que compartieran telón con estos monstruos de la literatura fantástica. Hoy, gracias a Dios, empieza a haberlos y hay que darle las gracias a editoriales como Sirius, AJEC, Versatil, Minotauro/Timun, ahora NGC y que vengan muchas más, que se dedican a apoyarnos y a apoyar el género.

Nada, hay muchos que no quieren darse cuenta y se escandalizan por unos pocos quilos de estiercol... Eso de no oler la mierda suele ser más síntoma de mal olfato que otra cosa.

En España se editan demasiados libros de género y eso hace que ni siquiera el aficionado más acérrimo pueda seguir la pista al mercado. Así, autores que podrían hacerse un hueco dentro de los "grandes", pasan desapercibidos entre un montón de medianías. Si los editores sólo publicaran unos pocos, los que realmente merecen la pena... Pero el mercado deber hacer que merezca la pena editar un montón, ya que siempre será mejor vender poco de muchos libros que de pocos.

Como lector, he llegado a la conclusión, a la triste conclusión, de que es mejor leer a autores extranjeros que han triunfado fuera y ahora los traducen, es decir, un editor hace el esfuerzo de traducirlos; que leer a autores cuatrocientos autores noveles españoles a 25€ que no sabes si va a ser un pestiño o no...

¡Señores editores/escritores! El lector no está para "probar", está para consumir, ¡es un jodido consumidor que quiere un buen producto! No andar haciendo probaturas.

Caramba...

Uno que ni siquiera sabe cómo está el mercado en cuestión de cifras...

El lector es, por naturaleza, curioso y probador.

Que cada cual escriba lo que buenamente sepa, y si tiene suerte, que encuentre editor. No va a ganar un duro nunca, se va a encontrar con el rencor de buena parte del fandom (ese que no ha conseguido encontrar editor para sus propias mierdas olorosas), pero por lo menos habrá dado un paso en un camino largo.

Ese es el tema. Dudo, por demás, que haya magníficos escritores extranjeros hoy por hoy. O, por lo menos, que sean mucho mejores que otros nombres de aquí la piel de toro...

>>Como lector, he llegado a la conclusión, a la triste conclusión, de que es mejor leer a autores extranjeros que han triunfado fuera y ahora los traducen, es decir, un editor hace el esfuerzo de traducirlos

Leerás los libros que un agente literario extranjero le haya colado a un editor y que pueden ser buenos o malos. Los agentes venden paquetes de libros y de autores... y no todo lo que va en ese paquete tiene porque oler a rosas. Pero claro, es más fácil decir que lo español huele a estiercol y taparse la nariz cuando te ponen delante un libro extranjero que a saber por qué medios ha llegado a España.

Es más, para eso mejor dejemos de comprar libros a editoriales pequeñas de género, sean de autores extranjeros o españoles, porque si por mérito literario valoramos la venta de derechos, las grandes siempre comprarán lo mejor y las pequeñas siempre se quedarán con el residuo que no quieren las grandes.

Por cierto, hay editoriales españolas especializadas en autores españoles: lengua de trapo, salto de página, AJEC, Equipo Sirius, etc etc... pero claro, huelen a estiércol.

La verdad, me parece tan soez y tan insultante la comparación, que no la voy a admitir más en mi blog. Es una falta de respeto a los escritores. Que la digan y la repitan en los foros y en los blogs que les de la gana, aquí no lo voy a permitir. Voy a ser un impertinente en ese sentido. Podéis decir que los autores son malos, mediocres o no dan la talla, el que paga manda, pero aquí, en este blog, no voy a permitir semejante menosprecio. La mierda de los caballos que se la meta quien quiera en el bolsillo y que vaya con ella a cuestas. Aquí no.

Ah, al fin he leído la opinión de marras (gracias Alex). Ahora sé de lo que se habla.

Bueno, pues da la impresion de que el follonero ha cogido una rabieta por alguna razón. Suena a algo personal. Tampoco me extrañaría que lo hubiera escrito un chavalín con ganas de llamar la atención. A primera vista diría que trascendencia cero, un comentario más que debería perderse como lágrimas en la lluvia, pero vistas las reacciones parece que ha sentado mal. Igual es que nos va la caña ^_^

Mirad tíos, en serio, no hay para tanto. El tío se limita a explicar que no le salen los números en cuanto a lectores, y si vale la pena o no. Hasta ahí, pffff, tira que te va, ganas de meter follón. Luego dice que, además, dentro de lo que se publica hay bastante mierda (aquí y en todos lados). Es una opinión, ciertamente poco amable, que poco ayuda, pero bueno. Conozco a muchos que piensan así. En lugar de valorar lo bueno, que hay gente que trata de sacar género y tal, pues hala, caña al mono.
En el fondo, creo que hay la incomprensión de toda la vida respecto a la literatura como producto desde un supuesto elitismo. Aqui lo que interesa es que se genere mercado, que existan lectores, que alguno pueda destacar y pasar a un nivel más profesional. Y bueno, las opiniones rotundas del tipo Sim, lo tuyo es mierda, pues bueno. Gracias tío, dios te lo pague.

¿Qué es más importante: una crítica elitista que te permita vender a cuatro lectores o una crítica popular y campechana que llegue al público mayoritario? ¿Las críticas que se hacen a los grandes bestsellers en los medios de comunicación son gafapasteras o están inducidas por las propias editoriales? ¿Por qué los pequeños escritores tenemos que ser sometidos a críticos gafapasteros que sacan el más mínimo error y el libro popular y bestselleriano, el que triunfa de verdad, es visto con extrema benevolencia por los medios mayoritarios?
Francamente, la crítica es algo que cada vez tiene menos sentido en este mundo loco de la edición. Los más criticados son los que más venden y los menos criticados son los que se quedan en las estanterías de las librerías criando telarañas.

Creo que sería interesante seguir el debate que estamos teniendo en LP sobre este tema, ya que al fin y al cabo es el origen de esta entrada en el blog.

El enlace a la entrada de El Follonero (nombre de la columna), firmada con nombre y apellidos por José Ramón Vázquez:

http://www.literaturaprospectiva.com/?p=3662

El enlace al debate actual:

http://www.literaturaprospectiva.com/?p=3835

Creo que es interesante leer qué piensan ambos lados, y comprender que quizá la interpretación del texto original de José Ramón Vázquez tiene más enjundia de la que se ha querido extraer.

Gracias, pero creo que si te hubieras tomado la molestia de leer los comentarios anteriores, te hubieras dado cuenta de que todos estaban al corriente, excepto Uwe. Sea como sea, gracias por poner los enlaces.

>>Que muestra, cuanto menos, esa ceguera del fandom de la que se queja amargamente LP. La literatura fantástica está llena de lectores. Y da beneficios. Todo es cuestión de verlo desde una perspectiva amplia, no limitada a lo que uno mismo vive.

Permíteme que te responda por aquí, ya que vienes a este blog a coger fragmentos y a ponerlos en literatura prospectiva (cosa que me parece muy bien... no merezco tal honor), dando por sentado que esas frases están refiriéndose a toda la gente que compone esa web. Pues eso, ya que coges fragmentos, estaría muy bien que no copiaras las frases a medias.

La situación actual de la literatura fantástica podría calificarse de enferma: no hay lectores, no hay dinero, así que no hay beneficios. Pero aun así, con todo lo malo, prefiero la situación de hoy a la situación que había hace seis años, cuando yo llegué. Hoy, al menos, publica quien escribe. Hay vida más allá del circuito reducido de lectores de fantástico y, sin renunciar a ellos, puedes buscar tu público lector en otros mundillos distintos.

Eximeno... no me copies las frases a medias.
Delante de ti, en una mesa redonda en la que hablamos de revistas de género, dije claramente que una cosa son los lectores fieles al fantástico, llamado fandom (gracias por incluirme en él, me siento muy orgulloso de mis lectores fandomitas y de los no fandomitas) y otra cosa es el lector mayoritario al que puedes llegar rompiendo ciertos tabúes: lectores menos o más elitistas (no confundir con críticos literarios que se dedican a abonar con sacos de estiercol), jugadores de videojuetos, chavales a los que les gusta la literatura fantástica juvenil, etc etc...
Yo, la verdad, es que como tengo una perspectiva muy pequeñita (vivo metido en una burbujita y casi no hablo con otros autores... salvo con mis amigos) no alcanzo a ver esa magnitud que compone el ambiente literario y que vosotros sí que tenéis. Pero da la casualidad de que -por casualidad, eeeeh, sólo por casualidad- conozco a algunos autores profesionales (o semiprofesionales) que escriben género y que huyen de la etiqueta de ciencia ficción o fantasía, precisamente, para llegar a un publico mayoritario. Es más, conozco gabinetes de prensa que dan rodeos monumentales para eludir palabras como ciencia ficción o terror en las solapas de sus libros. Y, ojo, me parece muy bien. Estrategias de marketing. El que paga, manda. Pero claro, eso solo lo escucho yo.

Que a la gente le gusta el fantástico... ¡toma, eso no tiene que venir ningún crítico o escritor a decírmelo! ¡Y ójala le gustara a más gente y los productos se desprendieran de esa etiqueta que provoca el recelo del gran público! Lo digo en el mismo párrafo de donde tú has sacado la frase. Pero claro, es más fácil pegar el tijeretazo para que los amiguetes vean lo friki que es el colega.
Gracias Eximeno.

Disculpa por cortar tu párrafo. Creo que lo que quería indicar estaba claro, pero en cualquier caso, cualquiera que lo desee puede acudir a tu blog para leerlo completo.
En cualquier caso, lo que quería resaltar creo que quedaba resaltado.

Este mundillo es así de ingrato. Muchos escritores haciendole la pelota a los de siempre y machacando a aquel que se atreve a contradecirles y levanta una voz propia. Animo, David, la vida es así.

Mi opinión es que se publica mucha literatura fantástica, tal vez demasiada, sobre todo atendiendo al volumen de lectores, y obviamente no todo es oro en paño. Pero ello no implica que lo de fuera sea todo bueno ni lo de dentro malo, y las ideas del follonero son perfectamente aplicables a los libros foráneos. Como bien se ha dicho, el follonero está para meter "follón" y hacer reflexionar sobre determinadas situaciones, y ese mérito se lo concedo, aunque personalmente me desagraden algunas de las formas utilizadas para ello.

Respecto a la labor de la crítica especializada en literatura fantástica... esto, ¿existe? vale, hay reseñas y comentarios críticos sesudos pero muy esporádicos en algún medio, pero la gente realmente preparada para escribirla se puede contar con los dedos de una mano, y sobran dedos.

A veces alguien comenta que yo escribo críticas en mi web y no tengo más remedio que responder que soy un simple reseñador, aunque procure en la medida de mis posibilidades razonar al máximo mis valoraciones. Que son personales, subjetivas, extensas, basadas en la experiencia y (al menos lo intento) razonadas. Y siempre cabe la crítica a la crítica (ojalá, eso significa que se te lee)


Se ha comentado la ardua labor que supone escribir un libro (escritura, documentación, estilo) pero también escribir críticas lleva su trabajo; hombre, se puede poner lo primero que le salga a uno (algunos escritores de novelas también lo hacen), pero al menos al menda le cuesta un güevo emborronar mil palabras. Primero porque al tomar notas tardo el doble en leer un libro, y luego pasarlas a limpio y escribir el texto definitivo no menos de 12-15 horas. No exagero, aunque uno tal vez sea algo limitadito. Pero creo que no menos merece el autor y el editor por haberte enviado su trabajo para que lo evalúes. Lo único que siento es no llegar a leer todo lo que llega o me apetece.

Es fin, volviendo al meollo del asunto, tanto la labor de escritor como reseñador es en gran parte autodidacta. Nadie nace enseñado y afortunadamente el mercado es amplio y puedes seguir los libros del autor que te apetezca y las reseñas del "crítico" que te mole. Vale, unos hemos leído algunos libros y ensayos al respecto, pero básicamente se hace camino al andar, seas el crítico Pepito Pérez ó el escritor Javier Reverte.

Perdón por el tocho-mensaje

Mariano Villarreal

Cada vez estoy más orgullosa de haber creado Anika Entre Libros con la mirada del lector, que no del crítico. Se trata de compartir (desde las reseñas hasta la opinión) por eso insisto una y mil veces que la gente siga opinando, como hacía antes de que llegara el boom del blog (ahora la gente no se molesta en opinar en otros sitios donde antes lo hacía porque tienen sus propios blogs)

Mariano -compañero en esto de reseñar- tiene razón en algo fundamental: tienes derecho a seguir al autor que te mola o al reseñador (o al crítico también) que te guste o suela coincidir con tu opinión.

Por último, no soy lectora de literatura fantástica... perdón, no lo era, ahora sí, porque os he leído a algunos de vosotros. Gracias por vuestros trabajos, y gracias a las editoriales valientes por haber apostado por vosotros.

Anika

Creo que vuestras opiniones -Anika/Mariano- son como siempre moderadas e interesantes. Y lo más importante: concebidas desde una lógica muy respetuosa. Gracias!!

Respecto a lo que dice Pedro, la verdad es que ayer fue una jornada dura por culpa de los peloteros. Sufrí bastante, pero ya estoy acostumbrado. Mata metió rápidamente un gol, y aún así tuvimos que aguantar hasta la prórroga mordiéndonos los puños. Por suerte, ahí estaba Pablo para rematar la faena dos veces seguidas.
El fútbol es así, porque supongo que te referirías a eso, no? ¿Pasó algo más interesante?

Mariano, has mencionado la clave del asunto en lo que a David Mateo se refiere. Creo que lo has dejado claro, cristalino.
David, si no respetas la labor de un crítico o ensayista, escritor como tú, aunque en otra categoría, la de la no-ficción; si muestras tu desprecio hasta el insulto hacia quien utiliza tus mismos instrumentos, ¿cómo pretendes que él te respete?
Menosprecias una ocupación tan digna y trabajosa como la tuya, catalogas de despreciables a quienes buscan documentación y trabajan sus capacidades mentales como tú para, a continuación, clamar por la injusticia que significan sus valoraciones en tu contra.
Conste que en el fondo soy de tu misma opinión. Cuanto más escriba y publique un autor, mejor. No hay mejor escuela para el buen aprendizaje del oficio de escritor que esa. Desgraciadamente, tus maneras te retratan.
Anika, todo lector es un crítico, quiera o no.

Lo siento, Kaplan, te había escrito una macrorrespuesta, que creo que merece tu comentario (de buen rollo) y me ha fallado blogger y se ha predido.

En pocas palabras, si lees el texto original y las entradas que he escrito verás que a mí la crítica no me molesta. Es más, me han criticado muchas veces y nunca he saltado. No pasa nada. La crítica es necesaria, lo digo otra vez por si a alguien no le ha quedado claro.
Ahora salto, no por mis libros, sino porque se ataca a un colectivo de escritores.

>>si muestras tu desprecio hasta el insulto hacia quien utiliza tus mismos instrumentos, ¿cómo pretendes que él te respete?

Yo no pretendo que él me respete. Y si he usado ese tono, es porque me parece que la comparación que ha hecho es soez y denigrante. No busco el respeto de esas personas.

>Desgraciadamente, tus maneras te retratan.

¿Qué le vamos a hacer? Creo que durante todo este tiempo que llevo escribiendo he hecho muchas cosas positivas y nunca se me ha retratado. Si he sido duro en mi respuesta, lo he sido conscientemente. Pues bien.
La vida es un retrato compuesto de claroscuros... lástima que cierta gente salte como un resorte para señalar los oscuros.
Como un buen puñado de escritores más, no soy de los que amagan los golpes. Prefiero ir de cara que por la espalda.

Si Mariano ha retratado muy bien el asunto, me remito a él:

Como bien se ha dicho, el follonero está para meter "follón" y hacer reflexionar sobre determinadas situaciones, y ese mérito se lo concedo, aunque personalmente me desagraden algunas de las formas utilizadas para ello.

Que se me conceda a mí (o a quien sea) el mérito de responder usando sus mismas armas. Así todos nos reímos agusto montando follón y somos un poco más felices.

Otra cosa, antes de que el tema se desmadre por otro lado:

>>David, si no respetas la labor de un crítico o ensayista, escritor como tú, aunque en otra categoría, la de la no-ficción

Yo no he mentado a ningún crítico o ensayista de novelas de no-ficción. Lo dejo claro antes de que se me reboten todos los críticos de Anika entre libros.

XDDD Sin comentarios.

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